Sunday, June 26, 2011

La Solemnidad del Santisimo Cuerpo y Sangre de Cristo, 26 de junio 2011

(Deut 8, 2-3, 14b-16a; Cor 10, 16-17; Jn 6, 51-58)


Celebramos hoy la fiesta que celebramos todos los domingos, porque la eucaristia es el centro de nuestra vida y la vida de todos los fieles Cristianos. Pero hoy las lecturas, la reflexión, la oración y toda la fiesta se centran en el Santísimo Cuerpo y la Sangre de Cristo, signo de un amor sin límites. A tanto llega el amor de Cristo, que ha querido quedarse con nosotros, hacerse alimento para nosotros y actualizar Su misterio pascual. El Padre eterno, ha hecho visible Su amor en Su Hijo Jesucristo enviándolo como nuestro Salvador aunque fuimos pecadores.

Hoy también es el Dia de Caridad, porque no se puede celebrar la mayor entrega del Señor sin que sintamos la necesidad de integrarnos también nosotros a los hermanos, de compartir lo que tenemos con los hermanos y de vivir en una creciente actitud de servicio.

Por esta gran bendición y privilegio de recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo en la Santa Comunión le damos gracias a Dios Padre y le pedimos Su auxilio en prepararnos mejor nuestra alma y corazón, en recibirlo con mas atención, reverencia, devoción y amor y en recibiéndolo mas frequentamente para el bien nuestro y bien de los demás.

Porque al recibir a Jesucristo en la Santa Comunión llegamos por Ella a un encuentro con Cristo en la nueva vida de Su resurrección – a un encuentro con Cristo resucitado – y en una manera maravillosa tocamos, pues, como, el Apóstol, Santo Tomas las llagas gloriosas en Sus manos y costado que nos comunican nueva vida y nos sanan y curan nuestras heridas en nuestra relación con Dios, con los demás, con nosotros mismos, nos dan ya desde este mundo un compartir en los dones de Su resurrección. Por Sus santas llagas fuimos curados, dice San Pedro.

En este encuentro con Cristo resucitado en el Santísimo Sacramento, no solamente nos colma de Sus bienes y amor sin limites, nos enseña y nos da poder a amar como El nos ama y se nos entrega a si mismo como nuestro alimento para la vida eterna en un pedazo de pan, se humilla para llegar a nosotros para transformarnos en nuevas criaturas y levantarnos en Su vida divina. Que divina humildad!, Que amor misericordioso! Que ejemplo nos da en dando el don de si mismo, enseñándonos por Su ejemplo y Su humildad como debemos amar a los unos y a los otros, como El nos ha amado y se nos ha entregado Su vida por nuestra salvación y redención. En esta manera Dios esta glorificado y Su amor misericordioso es manifestado y extendido por todo el mundo.

Uno de los días más hermosos en nuestra vida tiene que ser el DIA de nuestra Primera Comunión. Es un dia bien alegre en que recibimos por la primera vez el Cuerpo y Sangre de Cristo, Nuestro Señor. Ya hemos comenzado a vivir como hijos de Dios por el Bautismo y ser miembros de la familia de Dios. Ahora en la Primera Comunión Dios Nuestro Padre nos da el don mas precioso en todo Su creación, que El pueda compartir con nosotros Sus hijos adoptivos: El preciosísimo Cuerpo y Sangre de Su Hijo Jesucristo - el pan del cielo, el alimento espiritual, que nos hace crecer en la vida divina y que nos hace crecer como el Nino Jesús - en sabiduría, gracia y edad, delante de Dios y de los hombres. Sin este alimento espiritual no podemos crecer en la plenitud de la vida de verdaderos hombres y mujeres en Cristo y madurar en Su vida. Quedamos como niños o peor, esta vida se muera en nuestras almas y corazones por la falta de ser alimentada por la Eucaristía y la Santa Comunión.

Como nuestros padres nos dan comida en la casa para que podamos crecer, ser fuertes y no nos enfermemos, nuestro Padre del cielo nos alimenta con el pan de los Ángeles, el Pan Eucarístico, el Santísimo Sacramento para que podamos crecer en la vida espiritual y en la vida de Su Hijo Jesucristo y que seamos fuertes contra los peligros y las enfermedades espirituales y que nos hacen daño a nosotros y a nuestra fe y amor de Dios. Como necesitamos pan de cada dia para mantenernos en la salud física, necesitamos el alimento de la Eucaristía y comunión para mantenernos fuertes en el espíritu y gozosos y alegres en el vivir de nuestra fe y amor de Dios y para realizar las obras maravillosas que nuestro Padre nos encomienda por Su honor y gloria y la salvación del hombre.

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No hay una persona y modelo mas grande que la Virgen Santísima en adorando, amando y ofreciendo su vida al Santísimo Sacramento en el servicio de la Iglesia y los demás en sus grandes necesidades. Como Madre de la Eucaristía y Madre nuestro nos ayuda a preparar nuestra alma y corazón a recibir Jesucristo en la Santa Comunión y prepararnos con oración humilde, gratitud amorosa, reverencia y devoción y para abrir nuestras almas y corazones a Su divina presencia y amistad. Como nuestro modelo nos ayuda también a guardar la divina presencia de Cristo en nuestras almas, de comunión a comunión y tener hambre de Cristo el Pan verdadero, adorar al Santísimo Sacramento en el espíritu y la verdad.

Como hijos de Dios y hijos de la Virgen María pedimos su intersesion maternal para todas las necesidades espirituales y materiales de los mas necesitados y pobres y obramos con ella, en la misma caridad, para servirles. Que nuestras vidas sean tambien una accion de gracias por todo lo que hemos recibido por el amor misericordioso del Señor y que seamos, en servicio generoso y personal, el Cuerpo de Cristo, en el mundo de hoy, bendecido, sacrificado, partido y ofrecido a los demás para aliviar sus necesidades y ser también alimento espiritual para su vida y felicidad eternas. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor!

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