Zac 9, 9-10; Rom 8, 9, 11-13; Mt 11, 25-30)
Un corazón humilde y contrito, no rechazara Señor Mio y Dios Mio! Acabamos de celebrar la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Todo el mes de Junio es dedicado a esta devoción muy popular al Sagrado Corazón. Como dice Jesús en el evangelio de hoy "Vengan a Mi todos los que estáis cansados y agobiados y Yo los aliviare. Cargad con Mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrareis vuestro descanso. Porque Mi yugo es llevadero y Mi carga ligera" Mt 11, 29-30).
Con brazos abiertos y por la herida del Su Corazón, Jesús nos invita a entrar y refugiar en Su Sagrado Corazón y vivir allí como en nuestra casa durante el tiempo de nuestra vida aquí en la tierra y recibir descanso y alivio. Allí consideramos las condiciones y leyes del amor y aprendemos como volver bendiciones por injurias, amar como El nos ama y como en Su Providencia divina, siempre viene pronto a nuestro auxilio cuando le llamamos con sincero corazón. Correspondemos a Sus inspiraciones según nuestras capacidades mientras todo lo que es verdaderamente bueno viene por Sus manos. Nos recompensa por injurias recibidas en sufriendo pacientemente
Entronización del Sagrado Corazón en el hogar y consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús nos trae muchas bendiciones a nuestras familias y a nosotros mismos como fueron reveladas a la Santa Margarita María por el Sagrado Corazón. Las promesas son: 1.) A las almas consagradas a Mi corazón, les daré las gracias necesarias para su estado de vida; 2.) Daré la paz a sus familias; 3.) Las consolare en todas sus aflicciones; 4.) Seré su amparo y refugio seguro durante la vida; 5.) Derramare bendiciones abundantes sobre sus empresas; 6.) Los pecadores hallaran en Mi corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia; 7.) las almas tibias se harán fervorosas; 8.) las almas fervorosas se elevaran rápidamente a gran perfección; 9.) Bendicere las casas en que la imagen del Sagrado Corazón se exponga y sea honrada; 10.) Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos; 11.) Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en my corazón y jamás será borrado de El; 12.) "Yo te prometo, en la excesiva misericordia de Mi corazón, que su amor omnipotente concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán en Mi desgracia ni si recibir los sacramentos, sirviéndoles Mi corazón de asilo seguro en su ultima hora." Esta última promesa es la se conoce por "la Gran Promesa", la mayor de todas las gracias: la seguridad de la eterna salvación.
Devoción al Sagrado Corazón de Jesús y devoción al Inmaculado Corazón de María son completamente unidos y se complementa, el uno al otro. En la liturgia de la Iglesia, se celebra la fiesta del Inmaculado Corazon de Maria el proximo dia (en sabado) despues de la Solemnidad del Corazón de Jesus que celebramos el vienes despues de la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. El corazon de Maria esta siempre unido al corazon de su hijo Jesucristo y es un modelo para nosotros en el vivir de nuestro amor, devocion y union al Sagrado Corazón de Jesús. Por obra del Espíritu Santo y en su corazón purísimo y abierto a la Palabra de Dios, María concebio a su hijo Jesucristo, dice San Luis María de Montfort, primero en su Inmaculado Corazón y luego en su santísimo seno, y dio a luz al mundo nuestro Salvador y Señor.
Como nos consagramos al Sagrado Corazón del Jesús, debemos consagrarnos también al Inmaculado Corazón de Maria, para llegar a una unión de corazones con Jesús y María. Este es lo que pedio la Virgen María en Fátima: a consagrarnos a su Inmaculado Corazón, rezar diariamente el Santo Rosario y con los misterios de la vida de Jesús y María, ofrecer penitencia por los pecadores y cumplir nuestro trabajo cada día lo mejor que podemos, y con mas y mas amor de Dios. Este es el plan de nuestra Madre para traer la paz al mundo y traer la paz a nuestras vidas y a nuestro corazón y vivir como verdaderos instrumentos de paz con su hijo Jesucristo.
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