Saturday, August 13, 2011

Vigesimo Domingo del Tiempo Ordinario, 14 de agosto 2011

(Isaias 56, 6-7; Rom. 11, 13-15,29-32; Mt. 15, 21-28)


Uno de los Ejercicios Espirituales de una obra sobre la vida de Virgen Maria que toca a las lecturas de este domingo nos dice: "El Senor no desea que el pan de los hijos sea arrojado a los perros, ni las perlas a los que las pisotean o las desprecian. En Su Providencia Divina, Dios escoge algunas personas como instrumentos de Su poder y servicio. Pero El llama a todas personas a una u otra vocacion: religiosa, matrimonial o soltera. Una vocacion es un don de Dios o una llamada particular y en ella, por muy humilde que sea, hallamos nuestra identidad real y nos unimos a El."

Dios nos ha bendecido mucho, como dice San Pablo, con todo clase de bendiciones espirituales y celestiales, naturales y materiales, comenzando con nuestra propia vida y existencia. No hemos merecido a venir a este mundo. Dios mismo, por pura bondad y amor, nos ha creado en Su imagen y semejanza para que tengamos la vida y compartamos un dia en Su gloria y majestad. Nos ha dado tambien una identidad y una vocacion particular para expresar y realizarnos segun un plan y designio maravilloso para que cuando la cumplimos y la realizamos, con Su gracia auxiliadora, lleguemos a una comunion intima y personal con El en Su propia vida divina. Porque, Dios es nuestro verdadero Padre y Creador y Padre y Creador de todos los hombres.

La mujer cananea sentia profundamente su dignidad personal con que Dios le ha creado y su vocacion y llamada particular de ser madre de familia y como madre verdadera cuidar a su hija, pero tambien sentia la incapacidad y la pobreza, sin el auxilio de Dios de ayudarla en este momento de su gran necesidad. Creyendo y reconociendo en Cristo Jesus el poder de Dios, le gritaba y le suplicaba a Jesus: "Ten compasion de mi Senor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy mal."No le contesto a ella nada Jesus. La mujer perseverante gritaba mas: "Socorreme Senor! y Jesus probando su fe y tambien su propia dignidad, contesta: "No es bueno echar a los perros el pan de los hijos" . Que palabras tan fuertes y humillantes!

Pero la mujer cananea repuso, con confianza, dignidad de madre y fe en Dios todopoderoso: "Tienes razon Senor, pero tambien los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos. Y humillandse por el bien de su hija, alcanzo lo que pidio y declaro en semejantes palabras: " Si, Senor pero yo soy mas que un perro, Yo soy madre. Yo soy hija de Dios creado en Su imagen y semejanza!" Respondio Jesus, "Mujer que grande es tu fe, que grande es tu dignidad! Que se cumpla lo que deseas" y en aquel momento quedo curada su hija, dice el Evangelio!

Las lecturas de hoy provocan la misma fe y confianza en Dios para nosotros y la misma dignidad de ser y vivir como hijos de Dios, en nuestras vocacions que sean - religiosos o releliosas, matrimonios o solteros, padres o madres de familia. Reconocemos que todo lo que hemos recibido, todo lo que somos, es un don de Dios, lo hemos recibido por medio de nuestro Padre eterno, para utilizar por Su honor y gloria y la salvacion del hombre. No somos perros tampoco, ni marranos que no conocen ni aprecian las bendiciones del Senor - somos hijos e hijas de Dios creados en Su imagen y semejanza y llamados a un destino maravilloso.

Nuestra madre santisima, la Virgen Maria siempre nos recuerda de esta dignidad y esta llamada y que nosotros nos pertenecemos a la familia de Dios. Ella obra continuamente por el Espiritu Santo y su Hijo Jesucristo para realizar este gran designo del Padre y en la dignidad de su propia vocacion de ser Madre de la Iglesia y Madre nuestro, intercede por nosotros delante de su Hijo Jesucristo, como la mujer cananea por su hija, ofreciendo sus meritos y intercesion para suplir nuestras faltas y debilidades, animandonos con la luz de la verdad de su Hijo, dandonos un ejemplo en el cumplir de nuestras vocaciones y de la voluntad de Dios, con amor, gratitud, obediencia y generosidad.

Abramos pues nuestras almas y corazones a una devocion mas consciente y mas verdadera a la Virgen Maria, invocandola e imitandola, para que sintamos tambien el gran valor y dignidad de nuestras propias vocaciones en el plan de Dios para nuestra salvacion y dando gracias al Senor, cumplirla con todo amor y generosidad en el servicio del Senor y por Su honor y gloria! Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Senor!!





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