Saturday, September 10, 2011

Vigesimo cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, 11 septiembre 2011

(Eclesiástico 27, 30-28, 9; Rom. 14, 7-9; Mt. 18, 21-35)

Un aspecto importante en la vida familiar, social y eclesial es saber perdonar. El domingo pasado, Jesús enseñaba como corregir al hermano; hoy a perdonar.

El Sacramento de la Penitencia o de la Confesión es un sacramento bien maravilloso, porque en este sacramento encontramos Cristo resucitado. ¨”Donde hay dos o tres reunido en me nombre allí estoy Yo,” dice el Señor!

Este es un sacramento que podemos recibir más que una sola vez. Es como Cristo le enseño a Pedro, "Cuantas veces tengo perdonar, siete veces?" Cristo le dijo, no siete veces, setenta veces siete, que significa, siempre, cuando alguien le pide perdon. Jesucristo esta enseñándonos la gran generosidad, la gran misericordia de nuestro Padre y somos creados en Su imagen y semejanza, por eso tenemos perdonar a unos a los otro como Dios nuestro Padre nos perdona, como hemos escuchado en el Evangelio de hoy con generosidad, compasión y paciencia y también como nosotros pedimos cada vez cuando rezamos, el Padre Nuestro: "Perdona nuestras ofensas, Padre, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden!"

Porque el perdón y misericordia vienen de Dios no son de nosotros o nuestro poder, son de Dios Padre y El nos ha perdonado primero por medio de Su Hijo Jesucristo y que El nos comunica Su perdón y misericordia en el Sacramento de la Confesión por medio de Su humilde instrumento el sacerdote. Y como sacerdote yo mismo confieso, Si, yo tengo pecados y mis faltas y defectos en seguir a Jesucristo y imitándolo en mi vida sacerdotal y me da mucho consuelo y mucha paz y hago penitencia, porque la necesito.

Yo he hablado con mucha gente y me dice, "No tengo pecados Padre, porque necesito confesarme? No robo, no mato, no tomo, vivo en paz! Que tengo confesar? Que puede confesar un viejito, viejita? “Gracias a Dios vivimos en un pueblito tranquilo. Gracias a Dios que no tiene los problemas y vicios como hay en otros lugares, Gracias a Dios tenemos viejitos y viejitas! Y me siento muy contento entre ellos y viviendo aquí! Pero hay mucha gente en este pueblito que no practican su fe y que son Católicos y que pierden las muchas bendiciones y gracias que Dios derrama sobre ellos y sus familias.

Hay jóvenes que viven juntos como matrimonio, ni casados por civil ni por la Iglesia y piensan que están haciendo bien! Hay matrimonios que no han confesado ni han tomado la Eucaristía en la Misa muchos anos! Hay padres de familia que no enseñan nada a sus niños sobre nuestra fe en Dios ni los llevan a la Iglesia, ni rezan con ellos en la casa. Yo se por que me dijo una pareja joven que tienen mucho para hacer en el campo para cuidar y alimentar su ganado y otros animales y cuando están en casa ni tiene tiempo para rezar, como familia, menos venir a la Misa. Pero tiene mucho tiempo para la tele. Me da mucha pena a decirles pero hay gente que pasa mas tiempo con sus ganados, ovejas, caballos y otros animales que le dan a Dios, nuestro Creador y Padre, El que les pide solamente un poco de su tiempo entre la semana para dar gracias a El como Su familia con Su Hijo Jesucristo, escuchar Su Palabra, partir el pan de la Eucaristia, gozar en la luz y amistad de Su Espíritu Santo, esforzarse en la fe y el amor de Dios.

Y los que no vienen a Misa para rezar en comunidad, ni toman tiempo en la casa para rezar con la familia. Ya les dije una vez que un señor vino a confesar que nunca ha hablado la palabra, "Dios" en su casa ni a sus niños.

No vivimos por nuestro propio gusto ni por nuestra propia regla. Vivimos por la Regla y la Ley de Dios - los diez Mandamientos y los dos grandes mandamientos del amor a Dios y amor al projimo. Jesús dijo: “No he venido a quitar la ley de los mandamientos y los profetas, pero cumplirla y llevarla a su plenitud.”

Yo tampoco, hermanos mios! No he venido a quitar o cambiar la Ley de Dios, pero llevarla en practica. Entonces, todavía es pecado no asistir en la Misa Dominical, si no tiene que trabajar, o no esta enfermo, o no tiene manera de llegar. Todavía es pecado a vivir como matrimonio sin casarse por la Iglesia. Todavía es pecado no confesar una vez al año y tomar la Hostia; Todavía es pecado a emborracharse; y mucho mas cuando pensamos y reflexionamos sobre los diez mandamientos, la regla que Dios nos ha dado para nuestra vida y para nuestra felicidad.

Ahora podemos ver que grande es el amor de Dios para nosotros! Que grande es Su misericordia y perdon! Que grande es Su paciencia para con nosotros! Dios mismo ya nos ha perdonado setenta veces siete, como dice Jesucristo!

Y si no tiene sus propios pecados para confesar, puede imitar a nuestro Señor Jesucristo que cargo con nuestros pecados - inocente como era que no tenia ni un pecado - tomo la culpa por nuestros delitos y llevándolos a la cruz y clavándolos allí, pago el precio de nuestra redención. Así, nosotros podemos confesar los pecados de los demás y hacer penitencia por ellos. Las esposas pueden confesar los pecados de sus esposos y hacer penitencia por ellos; los padres pueden confesar los pecados de sus hijos yhacer penitencia por ellos; los hermanos pueden confesar los pecados de otros hermanos y hacer penitencia por ellos. Este es un acto de gran caridad y amor - rezando y pidiendo por la salvación, conversión y reconciliación de los demás, especialmente miembros de sus propias familias y haciendo también por ellos penitencia y sacrificios y obras de misericordia.

Y tampoco necesitamos venir a confesar solamente nuestras los pecados y las faltas, Venimos al confesionario también para la dirección espiritual. Recuerda, que donde hay dos o tres reunido en mi nombre allí estoy yo dice el Señor. Entonces Cristo mismo nos ilumina y nos guía por un buen camino y por la luz de la verdad por medio de este sacramento. Entonces si quiere crecer en la vida de Cristo y en la vida espiritual, servirle mejor, el sacramento de la confesión nos ayudara mucho.

Y también podemos venir al confesionario para pedir una bendición del sacerdote y/o una oración por el, si esta o estaba enfermo. Hay muchas bendiciones que nuestro Dios quiere comunicar a nosotros por medio de este sacramento de la Confesión que se llama ahora el Sacramento de Paz y Reconciliación. No tengan verguenza! Vengan!

Yo estoy listo para confesar a cualquier tiempo, antes o despues de la Misa, en su casa, o aqui en la Iglesia, donde quiera. Para facilitar mejor la celebración de este sacramento voy estar una media hora antes de la Misa diaria y dominical para confesar. Le encomendamos a la Santisima Virgen Maria, Madre de Misericordia y Refugio de los Pecadores nuestros humildes deseos que muchos aprovechen de estas oportunidades de celebrar el Sacramento de Paz y Reconciliación!

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