(Jer 31, 31-34; Heb 5, 7-9; Jn 12, 20-33)
Durante la Cuaresma, por medio de nuestros ejercicios espirituales, recibimos la gracia de renovarnos y profundizarnos en cuatro áreas de nuestra vida Cristiana; 1.) La fe; 2.) la conversión; 3.) el culto; y 4.) el servicio. La fe nos reune como una comunidad cristiana; nuestro encuentro con Cristo en Su Palabra y Su Eucaristia nos da gozo y alegria y nos hace crecer y mejorar nuestra vida; nuestro culto renueva con el Padre Dios la alianza santa eterna establecida por el sacrificio del Cuerpo y Sangre de Cristo que ofrecemos unido con el sacrificio de nuestras propias vidas; y desde esta santa Misa somos enviados a dar testimonio del amor misericordioso y sin limites en un servicio generoso a nuestro projimo y a los mas necesitados - fe, conversion, culto y servicio
En el desierto, una de las tentaciones que Cristo vencio por nosotros y nuestra salvación era la tentación del diablo de no adorar y glorificar a Dios y rendirle culto debido en el espíritu y verdad. Dice esta tentación en Mt 4, 8f: "El diablo lo llevo (a Cristo) a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria y le dijo: 'Te daré todo esto, si postrándote, y me adoras'. Entonces, Jesús le respondió: 'Apártate, Satanás, porque esta escrito: 'Al Señor tu Dios adoraras y a El solo servirás."
Recordamos también cuando dijo Jesús: "Yo no he venido a quitar la Ley y los Profetas'... refiriendo a los diez mandamientos, " sino que darles su plenitud y llevarlos en practica,"
Y los primeros tres mandamientos tocan poniendo Dios primero en nuestra vida, adorándolo y amándolo de todo corazón. "Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás otros dioses frente a Mi. No te harás ídolos. No te postraras ante ellos, ni les darás culto. No pronunciaras el nombre de Dios en vano. Santificaras el Día del Señor. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptima es un día de descanso dedicado y santificado al Señor."
Rechazando el diablo y su tentación en el desierto, Jesús nos enseña por Su ejemplo como ser responsables y fieles a Dios y nuestro compromiso bautismal por aguardar y cumplir los preceptos de la Ley y ofrecer nuestro culto de adoración cada semana en la Santa Misa.
La obra mas principal y mas importante en nuestra vida cristiana como miembros de la Iglesia y pueblo de Dios es: ofrecer culto en el espíritu y verdad y celebrar la Santa Misa - el sacrificio y banquete Eucarístico del Cuerpo y Sangre de Cristo que Cristo mismo nos mando a celebrar y continuar en Su memoria. Todo lo que somos y todo lo que hacemos como cristianos procede de la Eucaristía como su origen y principio y a la Eucaristía vuelve como a su meta y fin. La fe nos reúne como una comunidad
Sobre la Eucaristía, el Concilio de Vaticano Dos nos ha dicho que; "La Eucaristia es la origen y cumbre de la vida cristiana que contiene toda la riqueza espiritual de la Iglesia: Cristo mismo, nuestra Pascua, el Pan Vivo, el Sacramento del Altar en el que descubrimos la plena manifestación de Su amor generoso y misericordioso, sin limites."
En la Santa Misa Jesucristo es nuestro Sumo Sacerdote y nosotros, los ministros y el pueblo, compartimos en diferentes maneras, en este único sacerdocio de Cristo, ofreciendo todo lo que somos, nuestras oraciones, buenas obras, anhelos y esperanzas y pidiendo por todo lo que necesitamos para nosotros y para los demás. Cristo también es el Sacrificio y la Victima, y nosotros también participamos en este mismo y único sacrificio que nos salva cuando colocamos en el mismo cáliz con la Sangre de Cristo, nuestros propios dolores, penas, sufrimientos y sacrificios, y los ofrecemos por medio del sacerdote al Padre Eterno en reparación de nuestros pecados y para la salvación del hombre. En la santa Misa, Cristo mismo es nuestro único Mediador que renueva entre nosotros y la Santísima Trinidad, la alianza santa y eterna sellada en Su Preciosísima Sangre y nosotros participamos en esta obra de Su amor, repitiendo: "aquí estoy Señor para hacer Tu voluntad, hágase en mi según Tu Palabra. Y en la Santa Misa Cristo es el Pan que nos une como comunidad de hermanos y nos alimenta para dar testimonio de Su amor en servicio generoso a los demás.
Muchos han perdido el verdadero sentido y gran valor de la Santa Misa, separando su vida de fe de su vida diaria y ordinaria. No vienen a Misa a dar culto en espíritu y verdad. No han rechazado las tentaciones del mundo y diablo. Sus corazones y almas están cerrados a la gloria y amor de Dios. Recemos por esas personas. Pedimos fervorosamente que Dios que escribe Su santa Ley, como dice la primera lectura, en el corazón del hombre y recrea los corazones para que sean corazones humanos y naturales, no duros como piedras, toque el corazón de esos hombres, mujeres, jóvenes y niños, para que vean la gloria de Dios en sus vidas, rechacen las tentaciones del diablo, quiten los ídolos de sus vidas, vivan sus promesas bautismales, y den gloria, alabanza y adoración al Señor en un verdadero culto en espíritu y verdad de su fe Católica.
La Virgen Santísima es nuestro modelo en ofrecer culto a Dios en espíritu y la verdad y en vivir la Eucaristía como el centro de su vida. En este tiempo de gracia, de la Cuaresma que todos nosotros recobremos el sentido y valor de la Santa Misa y la Eucaristía como centro de nuestras vidas, de nuestras familias, comunidad y parroquia. Y que toda nuestra vida sea una oración viva y constante de adoración, acción de gracias, reparación y petición a Dios Padre eterno por medio de Su Hijo Jesucristo en la Santa Eucaristía y el Santísimo Sacramento del Altar!
Sunday, March 25, 2012
Sunday, March 18, 2012
Cuarto Domingo de Cuaresma, 18 marzo 2012
(Cron 36, 14-16, 19-23; Efes 2, 4-10; Jn 3, 14-21)
En el Evangelio de la Misa, vino de noche a ver a Jesus, un hombre llamado Nicodemo para preguntarle: "Como puede recibir una nueva vida a un hombre siendo ya viejo. puede entrar otra vez el seno de su madre y nacer?" Jesús. tomando la palabra, comenzó a ensenarle sobre el don de la fe y la nueva vida que recibimos por el agua y el Espíritu Santo en el Bautismo, y el poder del sacrificio de Su Cuerpo y Su Sangre que El tenia que ofrecer en la muerte de la Cruz por la salvación de los hombres.
Que lo mismo que Moisés elevo la serpiente en el desierto para la salvacion y sanacion de los Israelitas, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre para que todo el que cree en El tenga vida eterna. Pues "tanto amo Dios al mundo, que entrego Su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna," dice la segunda lectura
Cuando miramos a Cristo en la cruz, miramos la grandeza del amor de Dios que se sacrifico para rescatarnos y perdonarnos de nuestros pecados, reconciliarnos con El y por Sus santas llagas curar las heridas de nuestras vidas causadas por el pecado. "Por Sus santas llagas fuimos curados," dice San Pedro. Cuando miramos a Jesucristo en la cruz y creemos que El murió por nosotros y resucito, somos salvados y tengamos la esperanza de vida eterna. Por eso, la cruz es el gran símbolo de nuestra salvación y de nuestra fe Cristiana!
La bendición de una cruz o un crucifico es muy hermosa y muy significativa. Nos dice "Que Dios por medio de la pasión, muerte y gloriosa resurrección de Jesucristo derrame sobre esta cruz, símbolo de nuestra fe, la abundancia de Su bendición y a los que rezan ante esta cruz y la utilizan con devoción y fe; les conceda un aumento de fe, esperanza y caridad, salud del cuerpo y alma, y que esta cruz sea protección y escudo contra las crueles flechas del enemigo, y un impulso de vivir el mismo Misterio Pascual de Cristo, muriendo al pecado y a si mismo y resucitando a la vida nueva y llegar así a la felicidad y vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor."
Este símbolo de nuestra fe es un sacramental que nos trae muchas gracias y indulgencias y protección. Debemos tener un crucifijo en cada hogar y en cada casa, o cargarlo colgado de nuestro cuello o en una de nuestras bolsitas o en un lugar en nuestro coche. Debemos persignarnos frecuentemente, con la senal de la cruz, besar la marca de los clavos en Sus manos, pies y costado, rezar cinco padre nuestros, ave marías y glorias en honor y devoción a las llagas de Cristo una devoción muy poderosa en alcanzar favores y protección de Dios por nosotros y por los demás. Podemos ofrecer las santas llagas de Cristo para curar las heridas en nuestra vida y en la vida de otras personas; por el ejemplo, en su matrimonio, o en sus relaciones con Dios, con los demás y con sí mismo, si están esclavizados en un vicio. Yo rezo frecuentemente esta devoción por el camino, en el coche, donde quiera, por las necesidades de la gente alrededor.
Con un crucifijo uno puede recordar y rezar la vía cruces, también, donde quiera, meditando sobre las 14 estaciones y rezando un padre nuestro, ave maria y gloria, y ofreciendola por necesidades particulares de otras personas o para liberar una santa alma del purgaturio. No tiene que estar en una Iglesia! Nos trae muchas gracias e indulgencias, especialmente durante la Cuaresma.
Un crucifijo, no solamente es un sacramental y simbolo de nuestra fe, sino que la senal de nuestra vida cristiana! Somos marcados con la senal de la cruz desde nuestro Bautismo. Fuimos senalados como ninos en el Bautismo con la senal de la cruz por el sacerdote, por nuestros padres y por nuestros padrinos, aqui en nuestra frente, para indicar que fuimos salvados y rescatados por la muerte de Cristo en la cruz. Y cada vez que persignamos con la senal de la cruz recordamos esta gran obra de Cristo y hacemos una profesion publica de nuestra fe en El. La senal de la cruz mas antigua es muy impresionante sobre esta senal de nuestra fe Catolica porque senalamos con la cruz no solamente nuestra frente, senalamos tambien nuestros labios, nuestro corazon y todo nuestro cuerpo. Asi rezamos: " + Por la senal de la santa cruz, + de nuestros enemigos + librarnos Senor, Dios nuestro, + en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo."
Lo mas importante en todo lo que estamos recordando ahora sobre la senal de la cruz, es comprender y vivir el misterio de la santa cruz en nuestra vida diaria, muriendo al pecado, y a nosotros mismos y nuestro egoismo, y resucitando y viviendo la nueva vida de hombres y mujeres de fe y amor de Dios. No como hombres viejos, pero hombres nuevos!
Para vivir asi, tenemos contemplar y penetrar el misterio de la cruz y el secreto del sufrimiento y de la muerte de Jesucristo nuestro Senor. Porque en el desierto, cuando Moises levanto el estandarte del serpiente de bronce para que lo miren los Isrealitas y se sanen, la causa de su enfermedad y muerte, la mordida de los serpientes venenosos, fue convertido en un instrumento de salud y sanacion. Es muy curioso que nuestra sociedad, muy secularista como es, todavia usa este simbolo religioso del antiguo testamento de dos serpientes alredador un baston, como simbolo en los hospitales, oficinas de medicos, ambulances etc. para significar la salud.
Lo mismo con la muerte de Cristo en la cruz. Fue convertida en un instrumento de vida, salud, salvacion, victoria, por los que la miran con fe. No solamente la muerte de Cristo, sino que todo Su sufrimiento, por un milagro del poder de Dios, fue convertido a un instrumento que nos da la vida. "Por Sus santas llagas y heridas fuimos curados" dice San Pedro en la biblia! Y tambien dice San Pablo: "En cuanto a mi, nunca me gloriare sino en la cruz de nuestro Senor Jesucristo, quien al mundo esta crucificado para mi y yo para el mundo." (Gal 6, 14)
Este es el secreto del misterio de la muerte y sacrificio de Cristo en la Cruz - victoria sobre la muerte, vida y felicidad eternas, nueva vida, salud del cuerpo y alma, como manifesto Cristo en Sus milagros, curando los enfermos, perdonando los pecadores, echando a los demonios, restaurando la imagen de Dios en cada persona destruida por el pecado, haciendoles a todos nuevas criaturas y dandoles la vida eterna. Todo sufrimiento es elevado en el misterio de Cristo en la cruz y transformado en un instrumento que nos da nueva vida y vida eterna - que maravilla y gracia del amor de Dios nuestro Padre y Su Hijo Jesucristo y el Espiritu Santo a todos nosotros! No la podemos merecer, ni somos dignos de merecerla, ni podemos por nuestras obras. Es un don de Dios. Un don de Su amor misericordioso completamente gratis!
Como dice en la segunda lectura: "Estais salvados por Su inmensa gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino es un don de Dios y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.... pues somos obra Suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesus, para que nos dediquemos a las buenas obras, que El nos asigno para que las practicasemos."
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para comprender, contemplar y penetrar este misterio del sufrimiento y muerte de Cristo y por medio de nuestra participacion y compartir en este misterio, llegar a participar mas intimamente y personalmente en la renovacion, la nueva vida y victoria de Su resurreccion, ahora mismo, y llegar a participar un dia en la plenitud de su gloria y felicidad eternas!
En el Evangelio de la Misa, vino de noche a ver a Jesus, un hombre llamado Nicodemo para preguntarle: "Como puede recibir una nueva vida a un hombre siendo ya viejo. puede entrar otra vez el seno de su madre y nacer?" Jesús. tomando la palabra, comenzó a ensenarle sobre el don de la fe y la nueva vida que recibimos por el agua y el Espíritu Santo en el Bautismo, y el poder del sacrificio de Su Cuerpo y Su Sangre que El tenia que ofrecer en la muerte de la Cruz por la salvación de los hombres.
Que lo mismo que Moisés elevo la serpiente en el desierto para la salvacion y sanacion de los Israelitas, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre para que todo el que cree en El tenga vida eterna. Pues "tanto amo Dios al mundo, que entrego Su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que tengan vida eterna," dice la segunda lectura
Cuando miramos a Cristo en la cruz, miramos la grandeza del amor de Dios que se sacrifico para rescatarnos y perdonarnos de nuestros pecados, reconciliarnos con El y por Sus santas llagas curar las heridas de nuestras vidas causadas por el pecado. "Por Sus santas llagas fuimos curados," dice San Pedro. Cuando miramos a Jesucristo en la cruz y creemos que El murió por nosotros y resucito, somos salvados y tengamos la esperanza de vida eterna. Por eso, la cruz es el gran símbolo de nuestra salvación y de nuestra fe Cristiana!
La bendición de una cruz o un crucifico es muy hermosa y muy significativa. Nos dice "Que Dios por medio de la pasión, muerte y gloriosa resurrección de Jesucristo derrame sobre esta cruz, símbolo de nuestra fe, la abundancia de Su bendición y a los que rezan ante esta cruz y la utilizan con devoción y fe; les conceda un aumento de fe, esperanza y caridad, salud del cuerpo y alma, y que esta cruz sea protección y escudo contra las crueles flechas del enemigo, y un impulso de vivir el mismo Misterio Pascual de Cristo, muriendo al pecado y a si mismo y resucitando a la vida nueva y llegar así a la felicidad y vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor."
Este símbolo de nuestra fe es un sacramental que nos trae muchas gracias y indulgencias y protección. Debemos tener un crucifijo en cada hogar y en cada casa, o cargarlo colgado de nuestro cuello o en una de nuestras bolsitas o en un lugar en nuestro coche. Debemos persignarnos frecuentemente, con la senal de la cruz, besar la marca de los clavos en Sus manos, pies y costado, rezar cinco padre nuestros, ave marías y glorias en honor y devoción a las llagas de Cristo una devoción muy poderosa en alcanzar favores y protección de Dios por nosotros y por los demás. Podemos ofrecer las santas llagas de Cristo para curar las heridas en nuestra vida y en la vida de otras personas; por el ejemplo, en su matrimonio, o en sus relaciones con Dios, con los demás y con sí mismo, si están esclavizados en un vicio. Yo rezo frecuentemente esta devoción por el camino, en el coche, donde quiera, por las necesidades de la gente alrededor.
Con un crucifijo uno puede recordar y rezar la vía cruces, también, donde quiera, meditando sobre las 14 estaciones y rezando un padre nuestro, ave maria y gloria, y ofreciendola por necesidades particulares de otras personas o para liberar una santa alma del purgaturio. No tiene que estar en una Iglesia! Nos trae muchas gracias e indulgencias, especialmente durante la Cuaresma.
Un crucifijo, no solamente es un sacramental y simbolo de nuestra fe, sino que la senal de nuestra vida cristiana! Somos marcados con la senal de la cruz desde nuestro Bautismo. Fuimos senalados como ninos en el Bautismo con la senal de la cruz por el sacerdote, por nuestros padres y por nuestros padrinos, aqui en nuestra frente, para indicar que fuimos salvados y rescatados por la muerte de Cristo en la cruz. Y cada vez que persignamos con la senal de la cruz recordamos esta gran obra de Cristo y hacemos una profesion publica de nuestra fe en El. La senal de la cruz mas antigua es muy impresionante sobre esta senal de nuestra fe Catolica porque senalamos con la cruz no solamente nuestra frente, senalamos tambien nuestros labios, nuestro corazon y todo nuestro cuerpo. Asi rezamos: " + Por la senal de la santa cruz, + de nuestros enemigos + librarnos Senor, Dios nuestro, + en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espiritu Santo."
Lo mas importante en todo lo que estamos recordando ahora sobre la senal de la cruz, es comprender y vivir el misterio de la santa cruz en nuestra vida diaria, muriendo al pecado, y a nosotros mismos y nuestro egoismo, y resucitando y viviendo la nueva vida de hombres y mujeres de fe y amor de Dios. No como hombres viejos, pero hombres nuevos!
Para vivir asi, tenemos contemplar y penetrar el misterio de la cruz y el secreto del sufrimiento y de la muerte de Jesucristo nuestro Senor. Porque en el desierto, cuando Moises levanto el estandarte del serpiente de bronce para que lo miren los Isrealitas y se sanen, la causa de su enfermedad y muerte, la mordida de los serpientes venenosos, fue convertido en un instrumento de salud y sanacion. Es muy curioso que nuestra sociedad, muy secularista como es, todavia usa este simbolo religioso del antiguo testamento de dos serpientes alredador un baston, como simbolo en los hospitales, oficinas de medicos, ambulances etc. para significar la salud.
Lo mismo con la muerte de Cristo en la cruz. Fue convertida en un instrumento de vida, salud, salvacion, victoria, por los que la miran con fe. No solamente la muerte de Cristo, sino que todo Su sufrimiento, por un milagro del poder de Dios, fue convertido a un instrumento que nos da la vida. "Por Sus santas llagas y heridas fuimos curados" dice San Pedro en la biblia! Y tambien dice San Pablo: "En cuanto a mi, nunca me gloriare sino en la cruz de nuestro Senor Jesucristo, quien al mundo esta crucificado para mi y yo para el mundo." (Gal 6, 14)
Este es el secreto del misterio de la muerte y sacrificio de Cristo en la Cruz - victoria sobre la muerte, vida y felicidad eternas, nueva vida, salud del cuerpo y alma, como manifesto Cristo en Sus milagros, curando los enfermos, perdonando los pecadores, echando a los demonios, restaurando la imagen de Dios en cada persona destruida por el pecado, haciendoles a todos nuevas criaturas y dandoles la vida eterna. Todo sufrimiento es elevado en el misterio de Cristo en la cruz y transformado en un instrumento que nos da nueva vida y vida eterna - que maravilla y gracia del amor de Dios nuestro Padre y Su Hijo Jesucristo y el Espiritu Santo a todos nosotros! No la podemos merecer, ni somos dignos de merecerla, ni podemos por nuestras obras. Es un don de Dios. Un don de Su amor misericordioso completamente gratis!
Como dice en la segunda lectura: "Estais salvados por Su inmensa gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino es un don de Dios y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir.... pues somos obra Suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesus, para que nos dediquemos a las buenas obras, que El nos asigno para que las practicasemos."
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para comprender, contemplar y penetrar este misterio del sufrimiento y muerte de Cristo y por medio de nuestra participacion y compartir en este misterio, llegar a participar mas intimamente y personalmente en la renovacion, la nueva vida y victoria de Su resurreccion, ahora mismo, y llegar a participar un dia en la plenitud de su gloria y felicidad eternas!
Sunday, March 11, 2012
Tercer Domingo de Cuaresma, 11 marzo 2012
(Ex 20, 1-17; Cor 1, 22-25; Jn 2, 13-25)
Los mandamientos de Dios son para nosotros la guía más básica y fundamental, que Dios nos ha dado para guiar nuestra vida moral y llevarnos a la felicidad en este mundo y a la felicidad eterna en la vida venidera. Cuando cumplimos la Ley del Señor que son los diez mandamientos imitamos primeramente a Jesucristo, que vino no para quitar la Ley y los profetas sino cumplirlos, y segundo, nos encontramos, en nuestra vida, la verdadera paz y felicidad, que Dios nos ha prometido a Sus fieles servidores: "dichoso el hombre que sigue el mandato y ley del Señor" dice el salmo responsorial : "La Ley del Señor es perfecta, es descanso del alma, instruye al ignorante,, son rectos, alegran el corazón, da luz a los ojos, son verdaderos, mas preciosos que el oro, mas dulces que la miel!" .
La Ley del Señor es un don de nuestro Creador para formar e iluminar a nuestras consciencias en saber lo que es bueno y lo que es malo, lo que le agrado a Dios y lo que no le agrada. La Ley nos enseña como amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo. Dios no nos manda a odiar sino amar, amarnos y amar a nuestro prójimo. Porque Dios nos ha creado para que tengamos la vida y la tengamos en abundancia. Cuando cumplimos los mandamientos, nos ponemos en el camino que nos lleva a la vida y felicidad no solamente en este mundo sino que a la vida y felicidad eternas. Porque amamos la vida, escogemos la vida, defendemos la vida y promovemos la vida. Cuando no cumplimos los mandamientos, pecamos, rechazamos la vida y escogemos la muerte, no nos encontramos la verdadera felicidad y nos ponemos en un camino peligroso de perder nuestro destino y felicidad eternos.
Entonces vemos la importancia de ser responsables para nosotros mismos en nuestros pensamientos, palabras y acciones en el cumplir de lo que es bueno y lo que le agrada nuestro Padre Dios y en vivir los mandamientos como fieles servidores y hombres y mujeres sabios y llenos de fe y amor de Dios y ayudar y guiar a los demás en un buen camino hacia la felicidad eterna.
Y todos nosotros ya sabemos los diez mandamientos. Los hemos aprendido cuando hicimos nuestra primera comunión y confesión. Los mandamientos son la guía más sencilla para confesar nuestros pecados. La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para renovarnos y confesar nuestros pecados, pequeños y grandes y limpiar y purificar nuestra casa como Cristo nos ha ensenado en el evangelio de hoy - limpiar y purificar el templo de nuestro cuerpo y alma para que ofrezcamos un culto mas agradable y aceptable a Dios en el espíritu y en verdad. Dice San Pablo: "por el bautismo nosotros somos templos vivos de Dios. No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? El templo de Dios es santo! ...y ese templo sois vosotros ... entonces glorificad a Dios con vuestro cuerpo!"
Si somos miembros del Cuerpo Místico del Señor que es la Iglesia, por el bautismo y somos templos vivos de Dios, debemos comprender que grande debe ser nuestro respeto para nosotros mismos y para la dignidad de cada persona. Y Dios nos manda a amarnos a nosotros mismos y amar a nuestro prójimo como Cristo nos ha amado. Todo eso en la Cuaresma significa por medio de nuestras oraciones, penitencia, sacrificios, ayunos y obras de misericordia, tomamos la iniciativa con el mismo celo y amor de Jesucristo en purificar y limpiar el templo de nuestro cuerpo y alma, en limpiar y purificar este templo de todos los negocios y comercios y cosas de este mundo que quieren cambiar la casa y templo de Dios en un mercado en vez de ser un lugar consagrado al culto y oración, un lugar del encuentro gozoso con la presencia de Dios.
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para renovarnos y consagrarnos de nuevo a ser templos vivos de Dios en que celebramos dignamente los misterios de la vida de Su Hijo Jesucristo, Su pasión, muerte y resurrección, donde escuchamos la Palabra de Dios y celebramos los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía, una casa de oración, un lugar de encuentro con Dios, donde Dios nos habla y nos comunica Su amistad, Su luz y Su paz y donde ofrecemos a Dios un culto en espíritu y verdad, un culto de amor y entrega, de gozo y alegría.
Esto es lo que le agrada a Dios en este tiempo de Cuaresma y lo que El busca en nuestras vidas, como Su hijos - este modo de vivir como Iglesia que somos, como verdaderos templos vivos y consagrados en Su honor y por Su gloria y la salvación de los hombres.
Los mandamientos de Dios son para nosotros la guía más básica y fundamental, que Dios nos ha dado para guiar nuestra vida moral y llevarnos a la felicidad en este mundo y a la felicidad eterna en la vida venidera. Cuando cumplimos la Ley del Señor que son los diez mandamientos imitamos primeramente a Jesucristo, que vino no para quitar la Ley y los profetas sino cumplirlos, y segundo, nos encontramos, en nuestra vida, la verdadera paz y felicidad, que Dios nos ha prometido a Sus fieles servidores: "dichoso el hombre que sigue el mandato y ley del Señor" dice el salmo responsorial : "La Ley del Señor es perfecta, es descanso del alma, instruye al ignorante,, son rectos, alegran el corazón, da luz a los ojos, son verdaderos, mas preciosos que el oro, mas dulces que la miel!" .
La Ley del Señor es un don de nuestro Creador para formar e iluminar a nuestras consciencias en saber lo que es bueno y lo que es malo, lo que le agrado a Dios y lo que no le agrada. La Ley nos enseña como amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo. Dios no nos manda a odiar sino amar, amarnos y amar a nuestro prójimo. Porque Dios nos ha creado para que tengamos la vida y la tengamos en abundancia. Cuando cumplimos los mandamientos, nos ponemos en el camino que nos lleva a la vida y felicidad no solamente en este mundo sino que a la vida y felicidad eternas. Porque amamos la vida, escogemos la vida, defendemos la vida y promovemos la vida. Cuando no cumplimos los mandamientos, pecamos, rechazamos la vida y escogemos la muerte, no nos encontramos la verdadera felicidad y nos ponemos en un camino peligroso de perder nuestro destino y felicidad eternos.
Entonces vemos la importancia de ser responsables para nosotros mismos en nuestros pensamientos, palabras y acciones en el cumplir de lo que es bueno y lo que le agrada nuestro Padre Dios y en vivir los mandamientos como fieles servidores y hombres y mujeres sabios y llenos de fe y amor de Dios y ayudar y guiar a los demás en un buen camino hacia la felicidad eterna.
Y todos nosotros ya sabemos los diez mandamientos. Los hemos aprendido cuando hicimos nuestra primera comunión y confesión. Los mandamientos son la guía más sencilla para confesar nuestros pecados. La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para renovarnos y confesar nuestros pecados, pequeños y grandes y limpiar y purificar nuestra casa como Cristo nos ha ensenado en el evangelio de hoy - limpiar y purificar el templo de nuestro cuerpo y alma para que ofrezcamos un culto mas agradable y aceptable a Dios en el espíritu y en verdad. Dice San Pablo: "por el bautismo nosotros somos templos vivos de Dios. No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? El templo de Dios es santo! ...y ese templo sois vosotros ... entonces glorificad a Dios con vuestro cuerpo!"
Si somos miembros del Cuerpo Místico del Señor que es la Iglesia, por el bautismo y somos templos vivos de Dios, debemos comprender que grande debe ser nuestro respeto para nosotros mismos y para la dignidad de cada persona. Y Dios nos manda a amarnos a nosotros mismos y amar a nuestro prójimo como Cristo nos ha amado. Todo eso en la Cuaresma significa por medio de nuestras oraciones, penitencia, sacrificios, ayunos y obras de misericordia, tomamos la iniciativa con el mismo celo y amor de Jesucristo en purificar y limpiar el templo de nuestro cuerpo y alma, en limpiar y purificar este templo de todos los negocios y comercios y cosas de este mundo que quieren cambiar la casa y templo de Dios en un mercado en vez de ser un lugar consagrado al culto y oración, un lugar del encuentro gozoso con la presencia de Dios.
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia para renovarnos y consagrarnos de nuevo a ser templos vivos de Dios en que celebramos dignamente los misterios de la vida de Su Hijo Jesucristo, Su pasión, muerte y resurrección, donde escuchamos la Palabra de Dios y celebramos los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía, una casa de oración, un lugar de encuentro con Dios, donde Dios nos habla y nos comunica Su amistad, Su luz y Su paz y donde ofrecemos a Dios un culto en espíritu y verdad, un culto de amor y entrega, de gozo y alegría.
Esto es lo que le agrada a Dios en este tiempo de Cuaresma y lo que El busca en nuestras vidas, como Su hijos - este modo de vivir como Iglesia que somos, como verdaderos templos vivos y consagrados en Su honor y por Su gloria y la salvación de los hombres.
Sunday, March 4, 2012
Segundo Domingo de Cuaresma, 4 marzo 2012
(Gen 22, 1-2, 9-13, 15-18; Rom 8,31b-34; Mc 9, 2-10)
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia. Es nuestro tiempo de crecer en la fe y el amor de Dios y seguir a Jesucristo en el gran misterio de Su pasión, muerte y gloriosa resurrección, muriendo a nosotros mismos y al pecado y resucitando con El en la nueva vida de Su resurrección.
La Iglesia nos da en este tiempo de cuaresma, para ayudarnos a realizar este designo maravilloso, tres ejercicios espirituales: la oración, el ayuno y la limosna. Durante la semana pasada, la palabra de Dios en la Misa nos ha llamado
la atención a la importancia de la oración en nuestro caminar cuaresmal. Los apóstoles mismos le pidieron a Jesús a enseñarles a rezar como Juan Bautista les enseñó a sus discípulos. Y Cristo les enseñó como rezar con todo el corazón y buscar al rostro del Señor y conocer a Dios como su Padre verdadero, enseñandoles así la hermosa oración del Padre Nuestro - Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea Tu nombre, venga Tu reino... Cristo no solamente les enseñó por Sus palabras sino también por Su ejemplo tomando tiempo para rezar a solas, en la montaña, en el campo, en cualquier lugar y en la huerta, especialmente, antes de morir en la cruz. Cristo quiere enseñarnos también en este tiempo de la cuaresma como rezar mejor y profundizar mejor nuestra oración y nuestro conocimiento de Dios como verdadero Padre, escuchar mejor Su voz y responder con fe, confianza y amor a Su plan de salvación en nuestra vida como respondió Abraham.
Dios dijo a Abraham: "te bendeciré y multiplicare a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa... porque me has obedecido." Y la respuesta de Abraham en todo momento es: "aquí me tienes". De él, hemos aprendido a confiar en Dios en todo momento y toda situación. Es por medio de la oración y "el buscar al rostro del Señor" que Dios nos da esta confianza en El y esta disponibilidad para llevar adelante Sus planes en nuestra vida y cumplir Su santa voluntad, no sin pasar por dificultades. Es por la oración y "el buscar al rostro del Señor" que Dios nos da, tambien, la experiencia gozosa y personal de Su divina presencia y Su gran amor. Esto es lo que experimento Abraham en su encuentro con Dios.
Y este es lo que revelo Jesús a Su discípulos en el evangelio de hoy, cuando los llevo a Pedro, Santiago y Juan a la Montana alta para rezar. Delante de ellos se transfiguro y manifestó Su divina presencia y salió de la nube la voz de Su Padre, dando testimonio de Su Hijo Jesucristo: "Este es Mi Hijo Amado, escuchadlo!"
Eso lo ha experimentado Jesucristo en Su oración al Padre. Por eso, por esa gran confianza va a llevar hasta las últimas consecuencias el plan de Su Padre para la salvación del hombre, aunque eso le lleve a pasar por la cruz. Jesús va a recorrer Su camino hasta el final. La vida que se nos da en la resurrección y que nos muestra en Su transfiguración, va a pasar antes por la entrega total en la muerte de cruz.
Cuando buscamos al rostro del Señor en nuestra oración, Dios quiere bendecirnos en la misma manera con el gozo y paz que recibieron a los discípulos en el monte Tabor. Dios quiere revelarse como Cristo se transfiguro y se revelo a ellos para confirmarles en su fe y prepararles a aguantar los sufrimientos de la pasión, muerte y gloriosa resurrección, que Cristo tenia que pasar. Cristo quiere confirmarnos a nosotros también en nuestra fe y amor de Dios con el mismo gozo y paz de Su divina presencia y prepararnos para los tiempos difíciles cuando tenemos nosotros sufrir con Cristo, el escándalo de la cruz, las humillaciones de la pasión y morir con El para resucitar a la nueva vida de Su resurrección!
Como la semana pasada en las lecturas, Noé era para nosotros un ejemplo de un hombre de fe y amor de Dios, esta semana la palabra de Dios nos da Abraham como nuestro ejemplo de un hombre orante que escuchaba la voz del Señor, un hombre obediente, un hombre valiente, un hombre verdadero de fe y amor de Dios que experimento en su vida en una manera personal la divina presencia y la grandeza del amor de Dios - un hombre que nosotros llamamos "nuestro padre en la fe".
(Abraham también es una figura de Dios Padre en los cielos en la manera que el estaba listo a entregar su único y amado hijo, Isaac, el hijo de la promesa, en obediencia a la voluntad de Dios. La angustia y amargura que sentía a Abraham como un padre de entregar su hijo como un sacrificio a Dios. Al fin aunque no tenía que cumplirlo porque era una prueba de su fe y amor de Dios, nos enseña como nosotros tenemos ofrecer a Dios todo lo que tenemos, todo lo que somos, todo lo que amamos, imitando al Padre Dios, en gratitud, humildad y amor por todo lo que El nos ha dado, en entregar Su Hijo único y amado, Jesucristo, en sacrificio por nuestra redención y salvación.)
Cada vez celebramos la Santa Misa, la oración mas perfecta, que Cristo nos ha dejado, nosotros entramos y compartimos en el inmenso amor de nuestro Padre eterno por Su Hijo Jesucristo en entregándolo por nuestra redención y salvación y entramos y compartimos también en el gozo y en la paz de Su divina presencia por un encuentro maravilloso con Cristo resucitado en el sacramento de la Eucaristía! "Que bien se esta aquí, Señor" podemos repetir con San Pedro en el monte Tabor! - un momento cuando sentimos a Jesús cerca de nosotros, transfigurado!
Durante la Cuaresma, Dios nos da la gracia para mejorar y profundizar nuestra oración y "buscar al rostro del Señor" con mas fervor, amor y confianza y rezar con mas atención, devoción y reverencia y apreciar mas la importancia de oración, y ofrecer más oraciones a Dios para llegar a una comunión mas intima y personal con El y ofrecer más oraciones por las necesidades de los demás, por su conversión, reconciliación, bienestar espiritual y temporal Y enseñando a los demás por su buen ejemplo de rezar, el valor de la oración en sus vidas. Les recomiendo que recen en la casa con su familia el santo rosario, en el trabajo, en el camino, recen como matrimonio o pareja, donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, aquí estoy Yo, dice el Señor. Recen antes de comer para bendecir la comida y después para darle gracias a Dios.-- la familia que reza unida, queda unida, dijo un santo padre. Recen antes de dormir y cuando se levante en la mañana.
Hay muchas oportunidades durante la cuaresma; y imitando así a la Virgen María que buscaba al rostro de su Señor, que contemplaba la Palabra de Dios, guardándola en su alma y corazón, que respondió con la entrega total de su vida a los planes de Dios y dio a la luz al mundo Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
La Cuaresma es nuestro tiempo de gracia. Es nuestro tiempo de crecer en la fe y el amor de Dios y seguir a Jesucristo en el gran misterio de Su pasión, muerte y gloriosa resurrección, muriendo a nosotros mismos y al pecado y resucitando con El en la nueva vida de Su resurrección.
La Iglesia nos da en este tiempo de cuaresma, para ayudarnos a realizar este designo maravilloso, tres ejercicios espirituales: la oración, el ayuno y la limosna. Durante la semana pasada, la palabra de Dios en la Misa nos ha llamado
la atención a la importancia de la oración en nuestro caminar cuaresmal. Los apóstoles mismos le pidieron a Jesús a enseñarles a rezar como Juan Bautista les enseñó a sus discípulos. Y Cristo les enseñó como rezar con todo el corazón y buscar al rostro del Señor y conocer a Dios como su Padre verdadero, enseñandoles así la hermosa oración del Padre Nuestro - Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea Tu nombre, venga Tu reino... Cristo no solamente les enseñó por Sus palabras sino también por Su ejemplo tomando tiempo para rezar a solas, en la montaña, en el campo, en cualquier lugar y en la huerta, especialmente, antes de morir en la cruz. Cristo quiere enseñarnos también en este tiempo de la cuaresma como rezar mejor y profundizar mejor nuestra oración y nuestro conocimiento de Dios como verdadero Padre, escuchar mejor Su voz y responder con fe, confianza y amor a Su plan de salvación en nuestra vida como respondió Abraham.
Dios dijo a Abraham: "te bendeciré y multiplicare a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa... porque me has obedecido." Y la respuesta de Abraham en todo momento es: "aquí me tienes". De él, hemos aprendido a confiar en Dios en todo momento y toda situación. Es por medio de la oración y "el buscar al rostro del Señor" que Dios nos da esta confianza en El y esta disponibilidad para llevar adelante Sus planes en nuestra vida y cumplir Su santa voluntad, no sin pasar por dificultades. Es por la oración y "el buscar al rostro del Señor" que Dios nos da, tambien, la experiencia gozosa y personal de Su divina presencia y Su gran amor. Esto es lo que experimento Abraham en su encuentro con Dios.
Y este es lo que revelo Jesús a Su discípulos en el evangelio de hoy, cuando los llevo a Pedro, Santiago y Juan a la Montana alta para rezar. Delante de ellos se transfiguro y manifestó Su divina presencia y salió de la nube la voz de Su Padre, dando testimonio de Su Hijo Jesucristo: "Este es Mi Hijo Amado, escuchadlo!"
Eso lo ha experimentado Jesucristo en Su oración al Padre. Por eso, por esa gran confianza va a llevar hasta las últimas consecuencias el plan de Su Padre para la salvación del hombre, aunque eso le lleve a pasar por la cruz. Jesús va a recorrer Su camino hasta el final. La vida que se nos da en la resurrección y que nos muestra en Su transfiguración, va a pasar antes por la entrega total en la muerte de cruz.
Cuando buscamos al rostro del Señor en nuestra oración, Dios quiere bendecirnos en la misma manera con el gozo y paz que recibieron a los discípulos en el monte Tabor. Dios quiere revelarse como Cristo se transfiguro y se revelo a ellos para confirmarles en su fe y prepararles a aguantar los sufrimientos de la pasión, muerte y gloriosa resurrección, que Cristo tenia que pasar. Cristo quiere confirmarnos a nosotros también en nuestra fe y amor de Dios con el mismo gozo y paz de Su divina presencia y prepararnos para los tiempos difíciles cuando tenemos nosotros sufrir con Cristo, el escándalo de la cruz, las humillaciones de la pasión y morir con El para resucitar a la nueva vida de Su resurrección!
Como la semana pasada en las lecturas, Noé era para nosotros un ejemplo de un hombre de fe y amor de Dios, esta semana la palabra de Dios nos da Abraham como nuestro ejemplo de un hombre orante que escuchaba la voz del Señor, un hombre obediente, un hombre valiente, un hombre verdadero de fe y amor de Dios que experimento en su vida en una manera personal la divina presencia y la grandeza del amor de Dios - un hombre que nosotros llamamos "nuestro padre en la fe".
(Abraham también es una figura de Dios Padre en los cielos en la manera que el estaba listo a entregar su único y amado hijo, Isaac, el hijo de la promesa, en obediencia a la voluntad de Dios. La angustia y amargura que sentía a Abraham como un padre de entregar su hijo como un sacrificio a Dios. Al fin aunque no tenía que cumplirlo porque era una prueba de su fe y amor de Dios, nos enseña como nosotros tenemos ofrecer a Dios todo lo que tenemos, todo lo que somos, todo lo que amamos, imitando al Padre Dios, en gratitud, humildad y amor por todo lo que El nos ha dado, en entregar Su Hijo único y amado, Jesucristo, en sacrificio por nuestra redención y salvación.)
Cada vez celebramos la Santa Misa, la oración mas perfecta, que Cristo nos ha dejado, nosotros entramos y compartimos en el inmenso amor de nuestro Padre eterno por Su Hijo Jesucristo en entregándolo por nuestra redención y salvación y entramos y compartimos también en el gozo y en la paz de Su divina presencia por un encuentro maravilloso con Cristo resucitado en el sacramento de la Eucaristía! "Que bien se esta aquí, Señor" podemos repetir con San Pedro en el monte Tabor! - un momento cuando sentimos a Jesús cerca de nosotros, transfigurado!
Durante la Cuaresma, Dios nos da la gracia para mejorar y profundizar nuestra oración y "buscar al rostro del Señor" con mas fervor, amor y confianza y rezar con mas atención, devoción y reverencia y apreciar mas la importancia de oración, y ofrecer más oraciones a Dios para llegar a una comunión mas intima y personal con El y ofrecer más oraciones por las necesidades de los demás, por su conversión, reconciliación, bienestar espiritual y temporal Y enseñando a los demás por su buen ejemplo de rezar, el valor de la oración en sus vidas. Les recomiendo que recen en la casa con su familia el santo rosario, en el trabajo, en el camino, recen como matrimonio o pareja, donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, aquí estoy Yo, dice el Señor. Recen antes de comer para bendecir la comida y después para darle gracias a Dios.-- la familia que reza unida, queda unida, dijo un santo padre. Recen antes de dormir y cuando se levante en la mañana.
Hay muchas oportunidades durante la cuaresma; y imitando así a la Virgen María que buscaba al rostro de su Señor, que contemplaba la Palabra de Dios, guardándola en su alma y corazón, que respondió con la entrega total de su vida a los planes de Dios y dio a la luz al mundo Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
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