(Num 6, 22-27: Gal. 4, 4-7: Luc 2, 16-21)
Hoy celebramos la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Junto con esta solemnidad celebramos la Jornada Mundial para rezar por la Paz y el comienzo también de un Ano Nuevo de 2012! Cuando comenzaron un ano nuevo en el antiguo testamento, Dios le dirigió a Moises a rezar sobre todo el pueblo de Dios la bendición que hemos escuchado en la primera lectura de la Misa: " Que el Señor te bendiga y te proteja, ilumine Su rostro sobre ti y te conceda Su favor. Que el Señor se fije en ti y te conceda la paz. Así invocaran Mi nombre sobre los Israelitas y yo los bendeciré."
En esta manera también nosotros el nuevo pueblo de Dios comenzamos este ano nuevo, pidiendo la bendición de Dios sobre nosotros, nuestras familias, nuestra nación y nuestro mundo, tan grande es nuestra necesidad de vivir en paz y que tan grandes son nuestras necesidades humanas y materiales, espirituales y divinas y sin la bendición y favor de Dios no se puedan realizar esas necesidades ni nuestros buenos deseos y esperanzas ni podemos tener buen éxito en nuestras empresas y actividades. Entonces suplicamos al Señor que se manifieste el auxilio de Su poder y Su divina presencia en nuestra ayuda.
Comenzamos este Ano Nuevo en primer lugar con un espíritu de humildad y gratitud por todo lo que hemos recibido y todo lo que nos ha pasado en este ano anterior, por lo bueno y por el malo, porque Dios nos enseña y nos revela algo bueno en las malas experiencias también. Pedimos perdón y misericordia por todo lo que hemos faltado a Dios y a nuestro projimo en caridad y amor, o en no dando suficiente tiempo en servir al Señor y a los demás y por la falta de paciencia, comprensión y respeto a los demás en nuestras propias familias y comunidades y Iglesia. Y dedicamos de nuevo a vivir nuestras promesas bautismales y ser mejores personas, mejores Cristianos, mejores esposos y esposas, mejores hijos e hijas, hermanos y hermanas, parientes y vecinos, estudiantes, profesores, trabajadores y servidores, etc.
El mensaje del Papa Benedicto para la Jornada Mundial de la Paz 2012 es: “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”; convencido de que ellos con su entusiasmo y su impulso hacia los ideales, pueden ofrecer al mundo una nueva esperanza. El mensaje se dirige también a los padres, las familias y todos los estamentos educativos y formativos así como los responsables en los distintos ámbientes de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil y saber escucharlo y valorarlo, no es solo una oportunidad sino un deber primario de toda la sociedad para la construcción de un futuro de justicia y de paz. "La paz no es un bien ya logrado," dice el Papa, "sino una meta a la que todos debemos aspirar. Unamos nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para educar a los jóvenes en la justicia y la paz.”
La Iglesia nos da al principio de este ano la Virgen Santísima, como nuestra Madre, nuestro modelo y ejemplo y nuestra auxiliadora y compañera en el vivir de este ano nuevo para que tengamos buen éxito en todo lo que pasamos y en todo lo que hacemos, especialmente, en recibir la abundancia de las bendiciones y favores que Dios nuestro Padre quiere comunicar a nosotros como miembros de Su familia y el pueblo santo de Dios. Para que tengamos la misma disposición humilde y agradecida de la Virgen Maria y ser abiertos en nuestras almas y corazones como ella estaba siempre abierta a la Palabra y Presencia de Dios en su vida y fue bendecida entre todas las mujeres para ser Madre del Salvador y madre de todos los hombres.
El titulo Madre de Dios es el titulo mas hermoso que ella ha recibido que fue dado por el Concilio Efeso 431AD en el siglo V, y expresa su gran privilegio de ser Madre de Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre y su gran papel en la obra de nuestra redención y salvacion. Y si ella es Madre de Cristo, es madre también del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia - Madre de la Iglesia y madre nuestra. Por eso podemos acercarnos a María nuestra madre con toda confianza y con todo amor y recibir por medio de ella todas las gracias, bendiciones y favores que Dios quiere dar y comunicar a nosotros Sus hijos adoptivos, hasta compartir la misma herencia gloriosa de Su Hijo Jesucristo, la vida, felicidad y gloria eternas.
Nuestra parte en este ano nuevo es esforzarnos a imitar la Virgen María, llega a ser semejante a Jesucristo su Hijo y vivir por la Santísima Trinidad!
Como los pastores encontraron al Niño Dios en brazos de María nosotros también acercándonos a María, encontraremos a Jesús, nuestro Señor y Salvador en este tiempo de Navidad y en el Ano Nuevo. Ella nos muestra el camino de salvación porque ella fue el primer fruto de esa misma salvación: Dios la libro de toda mancha del pecado por los meritos de su Hijo, Salvador. María estuvo siempre atenta a lo que Dios podía desear de ella y libremente acepto la llamada del Señor. Ella confío sin límites en Dios, vivió en amistad y cariño con El y se puso enteramente al servicio de los demás.
En este día hoy primero del ano, que nuestros buenos deseos, intenciones, esperanzas y proyectos personales para ser mejor y vivir mejor este ano nuevo sean dentro del camino que señalo María, Madre de Dios y madre nuestra y que con ella, en ella y por ella sean realizados todas esas favores y bendiciones que en la bondad y providencia de Dios, ella quiere que alcanzemos para nuestro bien y riqueza y el bien y riqueza de todos los hombres.
Y que seamos como la Virgen Santísima siempre era y siempre es: una Bendición de Dios para Su pueblo y para el mundo. Santa Maria, Madre de Dios y Reina de la Paz, ruega por nosotros.
Saturday, December 31, 2011
Sunday, December 25, 2011
La Solemnidad de la Natividad de Jesucristo Nuestro Senor, 25 diciembre 2011
(Is 9, 2-7; Tit 2, 11-14; Lc 2,1-14)
El nacimiento de un niño: siempre es motivo de alegría y esperanza. El nacimiento de un niño pobre y marginado origina toda la compasión y solidaridad del mundo. El nacimiento de un niño-Dios es un misterio y evangelio, es lo mejor que nos podía suceder y lo que nadie se atrevería ni a sonar. El nacimiento de un niño-Dios es la gran misericordia de Dios para con el hombre y el mas grande alumbramiento de la humanidad. Es el principio de nuestra salvación, puesto que ya podemos ver a Dios. Si "la gloria de Dios es que viva el hombre, la vida del hombre es la visión de Dios, dice San Ireneo. Ahora no solo lo podemos ver, sino que lo podemos tocar. Nos podemos calentar en el fuego de Su Amor.
La venida y presencia de Jesucristo, Dios y hombre verdadero y Su nacimiento entre nosotros como un niño nos ha dado una nueva dignidad y honor - una nueva dignidad y honor a toda la creación y a cada uno de nosotros y ha cumplido las palabras en el Libro del Proverbios: "Mis delicias son con los hijos de los hombres." (Prov. 8, 31).
En la luz de este misterio de la Encarnación y Nacimiento de Jesucristo, podemos ver y contemplar la grandeza de Dios y Su presencia y mano en toda Su creación y en todas Sus criaturas: Su poder todopoderoso y sabiduría en creándonos en Su imagen y semejanza, Su dignidad y majestad, Su santidad y bondad, Su belleza y amor, radiando y reflejando por toda Su creación y por cada uno de nosotros, la obra de Sus manos.
En este espíritu el Salmo 8 nos dice: " O Señor, nuestro Dios que admirable es Tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste Tu majestad sobre los cielos! Cuando contemplo el cielo la obra de Tus manos, la luna y las estrellas que Tú formaste, que es el hombre, para que te acuerdes del y el ser humano para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los Ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de Tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies, rebaños de ovejas y bueyes, hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar... O Señor nuestro Dios que maravilloso es Tu nombre en toda la tierra!"
Si Adviento es el tiempo de nuestra preparación, purificación y conversión para ver la gloria de Dios obrando en nuestras vidas, el Nacimiento de Jesucristo, señala y marca el comienzo de la nueva creación "el cielo nuevo y la tierra nueva," la nueva humanidad y el nuevo hombre, donde prevalecen y reinan por siempre, la justicia, la paz y el amor.
Entre todos los dones y bendiciones de creación, redención, santificación y la gloria que Dios nuestro Padre nos ha dado a nosotros, los más preciosos son: el Don de Su Espíritu Santo y el Don de Su Hijo Jesucristo cuyo nacimiento celebramos hoy. Que nosotros quienes somos creados en Su imagen y semejanza y renacidos y santificados en las aguas del Bautismo por el Espíritu Santo, realicemos nuestra parte en esta obra de la nueva creación! Que nosotros seamos por la gracia de Dios y por el nacimiento de Jesucristo nuestro Señor, nuevas personas, hombres nuevos y mujeres nuevas en espíritu y en verdad!
Porque este es el mensaje principal del nacimiento de Jesucristo: El vino para hacernos nuevas criaturas, verdaderos hijos de Dios y hermanos de los demás. A pesar de todas nuestras faltas y debilidades, nuestra condición de pecado; a pesar de tolo lo malo que hay, Dios nos cree, Dios cree en el hombre y lo ama y ha hecho un compromiso radical en llegando a ser un hombre como nosotros para levantarnos de nuestra condición pecaminosa a la dignidad de ser hijos de Dios. Nos muestra que podemos vivir como personas en libertad y gracia y hermanos en fraternidad. Por eso nos exhorta la Palabra de Dios: "Dejad que el Espíritu renueve vuestra mentalidad y vestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios, justicia y santidad verdaderas (Ef 4,23)
Cristo vino y nació para transformarnos y "hacer nuevo todas las cosas." y establecer el reino de Dios entre nosotros, un reino en que todos los hombres viven como verdaderos hermanos en una misma familia de Dios, unidos por Su gracia y amistad. Que designo maravilloso que el Padre Dios nos ha preparado y cada uno de nosotros tenemos una parte insustituible en realizarlo!
Si Cristo se entrego totalmente a este plan de Su Padre y dice la carta a los Filipenses 2:”El siendo de condición divina, no se apego a Su igualdad con Dios, sino que tomando la condición de servidor y se hizo semejante a los hombres, encontrándose en la condición humana, se rebajo a si mismo haciéndose obediente hasta la muerte, muerte en cruz”. Nuestra respuesta en celebrar la Natividad de Nuestro Señor, Jesucristo tiene que ser la misma entrega personal y total en ofreciéndole todo nuestro amor, toda nuestra esperanza y confianza en el vivir el compromiso de nuestra fe y nuestro bautismo a realizar este gran plan que Dios nuestro Padre comenzó por el nacimiento de Su Hijo: "para hacer nuevo todas las cosas." No vivir como hombres viejos que no piensan en Dios ni en las cosas de Dios, ni en su propio bien espiritual y eterno, sino que hombres nuevos, renacidos por el Espíritu Santo y llenos con el amor de Dios y amor misericordioso para todos los hombres especialmente los mas pobres y necesitados! Te lo pedimos por Jesucristo NS.
El nacimiento de un niño: siempre es motivo de alegría y esperanza. El nacimiento de un niño pobre y marginado origina toda la compasión y solidaridad del mundo. El nacimiento de un niño-Dios es un misterio y evangelio, es lo mejor que nos podía suceder y lo que nadie se atrevería ni a sonar. El nacimiento de un niño-Dios es la gran misericordia de Dios para con el hombre y el mas grande alumbramiento de la humanidad. Es el principio de nuestra salvación, puesto que ya podemos ver a Dios. Si "la gloria de Dios es que viva el hombre, la vida del hombre es la visión de Dios, dice San Ireneo. Ahora no solo lo podemos ver, sino que lo podemos tocar. Nos podemos calentar en el fuego de Su Amor.
La venida y presencia de Jesucristo, Dios y hombre verdadero y Su nacimiento entre nosotros como un niño nos ha dado una nueva dignidad y honor - una nueva dignidad y honor a toda la creación y a cada uno de nosotros y ha cumplido las palabras en el Libro del Proverbios: "Mis delicias son con los hijos de los hombres." (Prov. 8, 31).
En la luz de este misterio de la Encarnación y Nacimiento de Jesucristo, podemos ver y contemplar la grandeza de Dios y Su presencia y mano en toda Su creación y en todas Sus criaturas: Su poder todopoderoso y sabiduría en creándonos en Su imagen y semejanza, Su dignidad y majestad, Su santidad y bondad, Su belleza y amor, radiando y reflejando por toda Su creación y por cada uno de nosotros, la obra de Sus manos.
En este espíritu el Salmo 8 nos dice: " O Señor, nuestro Dios que admirable es Tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste Tu majestad sobre los cielos! Cuando contemplo el cielo la obra de Tus manos, la luna y las estrellas que Tú formaste, que es el hombre, para que te acuerdes del y el ser humano para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los Ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de Tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies, rebaños de ovejas y bueyes, hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar... O Señor nuestro Dios que maravilloso es Tu nombre en toda la tierra!"
Si Adviento es el tiempo de nuestra preparación, purificación y conversión para ver la gloria de Dios obrando en nuestras vidas, el Nacimiento de Jesucristo, señala y marca el comienzo de la nueva creación "el cielo nuevo y la tierra nueva," la nueva humanidad y el nuevo hombre, donde prevalecen y reinan por siempre, la justicia, la paz y el amor.
Entre todos los dones y bendiciones de creación, redención, santificación y la gloria que Dios nuestro Padre nos ha dado a nosotros, los más preciosos son: el Don de Su Espíritu Santo y el Don de Su Hijo Jesucristo cuyo nacimiento celebramos hoy. Que nosotros quienes somos creados en Su imagen y semejanza y renacidos y santificados en las aguas del Bautismo por el Espíritu Santo, realicemos nuestra parte en esta obra de la nueva creación! Que nosotros seamos por la gracia de Dios y por el nacimiento de Jesucristo nuestro Señor, nuevas personas, hombres nuevos y mujeres nuevas en espíritu y en verdad!
Porque este es el mensaje principal del nacimiento de Jesucristo: El vino para hacernos nuevas criaturas, verdaderos hijos de Dios y hermanos de los demás. A pesar de todas nuestras faltas y debilidades, nuestra condición de pecado; a pesar de tolo lo malo que hay, Dios nos cree, Dios cree en el hombre y lo ama y ha hecho un compromiso radical en llegando a ser un hombre como nosotros para levantarnos de nuestra condición pecaminosa a la dignidad de ser hijos de Dios. Nos muestra que podemos vivir como personas en libertad y gracia y hermanos en fraternidad. Por eso nos exhorta la Palabra de Dios: "Dejad que el Espíritu renueve vuestra mentalidad y vestíos de la nueva condición humana creada a imagen de Dios, justicia y santidad verdaderas (Ef 4,23)
Cristo vino y nació para transformarnos y "hacer nuevo todas las cosas." y establecer el reino de Dios entre nosotros, un reino en que todos los hombres viven como verdaderos hermanos en una misma familia de Dios, unidos por Su gracia y amistad. Que designo maravilloso que el Padre Dios nos ha preparado y cada uno de nosotros tenemos una parte insustituible en realizarlo!
Si Cristo se entrego totalmente a este plan de Su Padre y dice la carta a los Filipenses 2:”El siendo de condición divina, no se apego a Su igualdad con Dios, sino que tomando la condición de servidor y se hizo semejante a los hombres, encontrándose en la condición humana, se rebajo a si mismo haciéndose obediente hasta la muerte, muerte en cruz”. Nuestra respuesta en celebrar la Natividad de Nuestro Señor, Jesucristo tiene que ser la misma entrega personal y total en ofreciéndole todo nuestro amor, toda nuestra esperanza y confianza en el vivir el compromiso de nuestra fe y nuestro bautismo a realizar este gran plan que Dios nuestro Padre comenzó por el nacimiento de Su Hijo: "para hacer nuevo todas las cosas." No vivir como hombres viejos que no piensan en Dios ni en las cosas de Dios, ni en su propio bien espiritual y eterno, sino que hombres nuevos, renacidos por el Espíritu Santo y llenos con el amor de Dios y amor misericordioso para todos los hombres especialmente los mas pobres y necesitados! Te lo pedimos por Jesucristo NS.
Sunday, December 18, 2011
Cuarto Domingo de Adviento, 18 diciembre 2011
(1 Sam 7, 1-5, 8, 11-16; Rom 16. 25-27; Lc 1, 26-38)
Este último domingo del Adviento es mariano y es la puerta que nos abre a la Navidad. María es nuestro modelo y nuestra maestra que nos enseña a creer y nuestra compañera de camino que nos ayuda a creer. La fe de María ha consistido en fiarse completamente de Dios y para El no hay nada imposible. La fe nos llena de gozo en Dios! Cercana la fiesta de la Navidad, a imitación de María debe ser también nuestra preferida palabra: "hágase en mi según tu palabra".
En la primera lectura de la Misa de hoy, se parece al primero a Natan, el profeta en el tiempo de David que era una intención buena y piadosa del rey David a construir na casa para Dios porque no es justo que el rey viviera “en casa de cedro" y "el arca del Señor viviera en una tienda. " y dijo Natan a David "ve y haz cuanto piensas, pues el Señor esta contigo." Pero después, se lo pensó mejor, y cuando recibió la Palabra de Dios corre hacia David para poner las cosas en su punto:
Un templo para Dios? No, gracias. Dios no quiere palacios. No le metas en una casa, que Dios quiere estar en todas las casas y en corazón de todas las cosas. "Dios no habita en casa hecha por manos de hombre" (Hch 7, 48). Las casas que Dios quiere son de otro tipo. "Así dice el Señor: el cielo es Mi trono y la tierra es el estrado de Mis pies. Que templo podréis construirme, o que lugar para Mi descanso? ...En ese pondré Mis ojos: en el humilde y en el abatido que se estremece ante Mis palabras." (Is 66, 1-2). Asimismo, Jesús anuncia un culto que no será en Jerusalén ni en Garizim, sino en espíritu y en verdad, y alude al verdadero templo, que es Su cuerpo. Y pensar que hoy todavía seguimos con ideas sobre los templos muy cercanas al rey David!
Y Dios no quiere que le paguemos ni con templos ni con ofrendas ni con sacrificios. “el sacrificio que Dios quiere es un corazón contrito." La ofrenda que Dios quiere es nuestra misericordia. El templo que Dios quiere es el de nuestra alma. Dios es amor generoso y gratuito. No es cuestión de decir como David o Salomón: mira cuantas cosas he preparado para Ti, mira cuantas cosas Te ofrezco en acción de gracias, sino: aquí me tienes Señor, cuanto te quiero!
Y el templo perfecto que Dios mismo quería construirse en la dinastía de David era una casa pequeña, pero preciosa, transparente y palpitante. Y el templo se llamaba María - una mujer desconocida, humilde, pobre y sencilla, pero que enamoraba a Dios. La verdadera "humilde y abatida que se estremece ante Mis palabras." Y de que manera!
No se trata de colocar a Dios en un espacio externo, un lugar grandioso pero frío. Se trata de ofrecer a Dios un espacio íntimo, calido y palpitante, un lugar secreto del corazón. Que deseos tiene Dios de vivir en estos templos! Como busca personas que le abran las puertas del alma, que estén siempre dispuestas a la escucha y la acogida! Que bien se encuentra Dios en el corazón de los humildes y creyentes! Cuanto nos ama Dios!
Dios quiere templos naturalmente, pero no como los de David y Salomón, sino que sean los mas parecidos al templo que es María. Ella es el verdadero templo vivo en el cual Dios quería habitar y encarnarse y llegar entre nosotros como nuestro Salvador. Ella no solamente es nuestro modelo, ejemplo y Maestra, sino también nuestra compañera, auxiliadora y intercesora en ayudándonos a prepararnos y llevar el camino pleno y recto hacia la Navidad y reconocer la gloria de Dios obrando en nuestra vida. SU deseo para nosotros es como el mismo deseo de Dios: que encontremos a su Hijo Jesucristo y Su divina presencia esta Navidad y que Jesús nazca de nuevo en cada uno de nosotros.
Si Dios quiere templos, pero que sean los mas parecidos al templo que es María! Para ver la gloria de Dios en nuestra vida y ser renovados en el gozo y alegría del nacimiento de nuestro Salvador en el tiempo que nos queda durante de Adviento, con María tomemos conciencia de que Dios mora en nosotros y nos acompaña en cada momento; com María nos esforcemos por abrir las puertas de nuestra casa y por convertirnos cada uno en el mas hermoso templo de Dios. Con María permanezcamos en oración constante como en cada templo ofrecemos oraciones y sacrificios espirituales, recemos también el Santo Rosario. Con María meditemos y celebremos la Palabra de Dios para ponerla en práctica. Con María confesemos nuestros pecados y tomemos la Santa Comunión on devoción y amor en esta Navidad. Y con María preocupemos por todos los otros templos vivos, para respetarlos, defenderlos y dignificarlos. Hay muchos templos deteriorados y profanados que necesitan nuestra atención y cuidado.
Y el culto que Dios quiere, en estos templos vivos, el culto en espíritu y en verdad, es el culto de amor, y de entrega, el servicio a los pobres, el lavar los pies de los hermanos, la defensa del oprimido y el estar cerca de los que sufren, visitar a los enfermos, ayudar a los pobres. Las oraciones, los cantos, las ofrendas y los ritos están muy bien pero brotan de este culto interior del corazón y entrega. Y este es el culto que Dios quiere y el culto que nos enseña y ofrece la Virgen Santísima: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra."
Este último domingo del Adviento es mariano y es la puerta que nos abre a la Navidad. María es nuestro modelo y nuestra maestra que nos enseña a creer y nuestra compañera de camino que nos ayuda a creer. La fe de María ha consistido en fiarse completamente de Dios y para El no hay nada imposible. La fe nos llena de gozo en Dios! Cercana la fiesta de la Navidad, a imitación de María debe ser también nuestra preferida palabra: "hágase en mi según tu palabra".
En la primera lectura de la Misa de hoy, se parece al primero a Natan, el profeta en el tiempo de David que era una intención buena y piadosa del rey David a construir na casa para Dios porque no es justo que el rey viviera “en casa de cedro" y "el arca del Señor viviera en una tienda. " y dijo Natan a David "ve y haz cuanto piensas, pues el Señor esta contigo." Pero después, se lo pensó mejor, y cuando recibió la Palabra de Dios corre hacia David para poner las cosas en su punto:
Un templo para Dios? No, gracias. Dios no quiere palacios. No le metas en una casa, que Dios quiere estar en todas las casas y en corazón de todas las cosas. "Dios no habita en casa hecha por manos de hombre" (Hch 7, 48). Las casas que Dios quiere son de otro tipo. "Así dice el Señor: el cielo es Mi trono y la tierra es el estrado de Mis pies. Que templo podréis construirme, o que lugar para Mi descanso? ...En ese pondré Mis ojos: en el humilde y en el abatido que se estremece ante Mis palabras." (Is 66, 1-2). Asimismo, Jesús anuncia un culto que no será en Jerusalén ni en Garizim, sino en espíritu y en verdad, y alude al verdadero templo, que es Su cuerpo. Y pensar que hoy todavía seguimos con ideas sobre los templos muy cercanas al rey David!
Y Dios no quiere que le paguemos ni con templos ni con ofrendas ni con sacrificios. “el sacrificio que Dios quiere es un corazón contrito." La ofrenda que Dios quiere es nuestra misericordia. El templo que Dios quiere es el de nuestra alma. Dios es amor generoso y gratuito. No es cuestión de decir como David o Salomón: mira cuantas cosas he preparado para Ti, mira cuantas cosas Te ofrezco en acción de gracias, sino: aquí me tienes Señor, cuanto te quiero!
Y el templo perfecto que Dios mismo quería construirse en la dinastía de David era una casa pequeña, pero preciosa, transparente y palpitante. Y el templo se llamaba María - una mujer desconocida, humilde, pobre y sencilla, pero que enamoraba a Dios. La verdadera "humilde y abatida que se estremece ante Mis palabras." Y de que manera!
No se trata de colocar a Dios en un espacio externo, un lugar grandioso pero frío. Se trata de ofrecer a Dios un espacio íntimo, calido y palpitante, un lugar secreto del corazón. Que deseos tiene Dios de vivir en estos templos! Como busca personas que le abran las puertas del alma, que estén siempre dispuestas a la escucha y la acogida! Que bien se encuentra Dios en el corazón de los humildes y creyentes! Cuanto nos ama Dios!
Dios quiere templos naturalmente, pero no como los de David y Salomón, sino que sean los mas parecidos al templo que es María. Ella es el verdadero templo vivo en el cual Dios quería habitar y encarnarse y llegar entre nosotros como nuestro Salvador. Ella no solamente es nuestro modelo, ejemplo y Maestra, sino también nuestra compañera, auxiliadora y intercesora en ayudándonos a prepararnos y llevar el camino pleno y recto hacia la Navidad y reconocer la gloria de Dios obrando en nuestra vida. SU deseo para nosotros es como el mismo deseo de Dios: que encontremos a su Hijo Jesucristo y Su divina presencia esta Navidad y que Jesús nazca de nuevo en cada uno de nosotros.
Si Dios quiere templos, pero que sean los mas parecidos al templo que es María! Para ver la gloria de Dios en nuestra vida y ser renovados en el gozo y alegría del nacimiento de nuestro Salvador en el tiempo que nos queda durante de Adviento, con María tomemos conciencia de que Dios mora en nosotros y nos acompaña en cada momento; com María nos esforcemos por abrir las puertas de nuestra casa y por convertirnos cada uno en el mas hermoso templo de Dios. Con María permanezcamos en oración constante como en cada templo ofrecemos oraciones y sacrificios espirituales, recemos también el Santo Rosario. Con María meditemos y celebremos la Palabra de Dios para ponerla en práctica. Con María confesemos nuestros pecados y tomemos la Santa Comunión on devoción y amor en esta Navidad. Y con María preocupemos por todos los otros templos vivos, para respetarlos, defenderlos y dignificarlos. Hay muchos templos deteriorados y profanados que necesitan nuestra atención y cuidado.
Y el culto que Dios quiere, en estos templos vivos, el culto en espíritu y en verdad, es el culto de amor, y de entrega, el servicio a los pobres, el lavar los pies de los hermanos, la defensa del oprimido y el estar cerca de los que sufren, visitar a los enfermos, ayudar a los pobres. Las oraciones, los cantos, las ofrendas y los ritos están muy bien pero brotan de este culto interior del corazón y entrega. Y este es el culto que Dios quiere y el culto que nos enseña y ofrece la Virgen Santísima: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra."
Saturday, December 10, 2011
Tercer Domingo de Adviento, 11 diciembre 2011
(Is 61, 1-2a, 10-11; Tesal. 5, 16-24; Jn 1, 6-8, 19-28)
Este Domingo Tercero de Adviento se llama "Gaudete" de la Alegría.. San Pablo en la segunda lectura nos dice: " Estad siempre alegres en el Señor, os repito, estad alegres. El Señor esta cerca."Así nos dice. La alegría como el amor son los dos grandes dones que quiere Cristo que tengan Sus seguidores. Y la realidad es que todo el que ama esta alegre.
Gozo y alegría es el tema que corre por todo el tiempo de Adviento: una preparación para encontrar y experimentar el gozo y la alegría de la presencia del Señor en la celebración de Su Nacimiento.
"El que me ama, obedece Mis mandamientos, " dice el Señor y "el que obedece Mis mandamientos encuentra la verdadera alegría" en esta vida y se prepara para la vida y felicidad eternas. "Bienaventurados y dichosos son los que caminan por la Ley del Señor y la meditan día y noche ", dice el Salmo uno. Salmo ciento diez y nueve, dice: "Dichoso el hombre que sigue la Ley del Señor y la pone en practica."
Si encuentras en vuestra vida tristeza, buscáis en los diez mandamientos, el mandamiento o mandamientos que no estáis cumpliendo y encontrareis la causa de vuestra tristeza. Confiésalo, y encontraras de nuevo vuestra alegría. Esta es una promesa del Señor.
Cada vez que confesamos nuestros pecados en el sacramento de penitencia, también, recibimos la paz y alegría, Y cuando tomamos la Eucaristía y recibimos la Santa Comunión, recibimos el Cuerpo y Sangre gloriosos de Cristo Resucitado, fuente y origen de todas nuestras alegrías. Cuando ayudamos a alguien en sus necesidades, encontramos gozo .y alegria. En la hermosa oración de San Francisco de Asís nos dice que "es en dando, que se recibe, perdonando, que se es perdonado," alegrando que se es alegrado.
Jesucristo vino a este mundo no para condenarnos sino reconciliarnos y darnos Su paz y alegría, una paz y alegría que nadie puede arrebatar. El andaba curando los enfermos, resucitando los muertos, perdonando los pecadores, echando fuera a los demonios, trayendo buenas noticias para comunicar y compartir Su gozo y alegría, Su paz y nueva vida. Como dice en la primera lectura, "El Espíritu Santo esta sobre Mi, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el ano de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo!" Y que inmensa era la alegría de las personas que Cristo tocaba! Brincaban con gozo y alegría! Es el mismo hoy en nuestro día. Que alegría sentimos cuando Cristo nos toca a nuestra vida!
Esta mañana yo recibí muy buenas noticias de una familia que yo he conocido de muchos anos. Su hijo estaba encarcelado siete anos y hoy recibió su (parole) libertad bajo palabra. Que inmensa era la alegría (y mía también) de sus padres y de toda su familia. Es una cosa maravillosa cuando la Palabra de Dios, que estamos celebrando en la Santa Misa, esta cumplida y realizada en el mismo día, en una manera personal, en nuestras vidas y en la vida de nuestros hermanos. Y así es, siempre. La Palabra de Dios es una palabra viva!
Adviento es vuestro tiempo para brillar, para ser profetas también de las buenas noticias de salvación porque fueron ungidos en el Bautismo con el mismo Espiritu Santo para traer la alegría y la paz de Cristo a los demás como Cristo nos ha ensenado y nos ha dado un ejemplo. Y como discípulos y seguidores de Cristo, nosotros continuamos Su misma obra salvadora en el mundo de hoy, en nuestras propias familias, comunidades e Iglesia.
Adviento es vuestro tiempo para difundir un poquito de la luz del sol, con una sonrisa, con una mano de amistad, fraternidad, reconciliación; una carta de Navidad; una llamada a personas con que no ha hablado por mucho tiempo; una visita a los enfermos, encarcelados, abandonados; una búsqueda al oveja perdida, alejada de la Iglesia o de la familia; compartir vuestra fe y animar la fe de los demás; cosas pequeñas y cosas grandes!
Que sean profetas animados por el Espíritu Santo que habita en vosotros, El gozo y alegría son frutos del Espíritu Santo. Si dejamos que el Espíritu Santo no se "apague" en nosotros, que sea un fuego vivo en nosotros - llama de amor viva - terminaremos siendo consagrados, santificados convertidos en un sacrificio y ofrenda de amor y alabanza agradable al Señor y verdaderos instrumentos en las manos de Dios de las dichosas y buenas noticias de la salvación para todos los hombres...Que la Virgen Santísima nos ayude a cumplir esta tarea nuestra en preparación para la celebración del nacimiento de su Hijo Jesucristo esta Navidad!.....Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor!
Este Domingo Tercero de Adviento se llama "Gaudete" de la Alegría.. San Pablo en la segunda lectura nos dice: " Estad siempre alegres en el Señor, os repito, estad alegres. El Señor esta cerca."Así nos dice. La alegría como el amor son los dos grandes dones que quiere Cristo que tengan Sus seguidores. Y la realidad es que todo el que ama esta alegre.
Gozo y alegría es el tema que corre por todo el tiempo de Adviento: una preparación para encontrar y experimentar el gozo y la alegría de la presencia del Señor en la celebración de Su Nacimiento.
"El que me ama, obedece Mis mandamientos, " dice el Señor y "el que obedece Mis mandamientos encuentra la verdadera alegría" en esta vida y se prepara para la vida y felicidad eternas. "Bienaventurados y dichosos son los que caminan por la Ley del Señor y la meditan día y noche ", dice el Salmo uno. Salmo ciento diez y nueve, dice: "Dichoso el hombre que sigue la Ley del Señor y la pone en practica."
Si encuentras en vuestra vida tristeza, buscáis en los diez mandamientos, el mandamiento o mandamientos que no estáis cumpliendo y encontrareis la causa de vuestra tristeza. Confiésalo, y encontraras de nuevo vuestra alegría. Esta es una promesa del Señor.
Cada vez que confesamos nuestros pecados en el sacramento de penitencia, también, recibimos la paz y alegría, Y cuando tomamos la Eucaristía y recibimos la Santa Comunión, recibimos el Cuerpo y Sangre gloriosos de Cristo Resucitado, fuente y origen de todas nuestras alegrías. Cuando ayudamos a alguien en sus necesidades, encontramos gozo .y alegria. En la hermosa oración de San Francisco de Asís nos dice que "es en dando, que se recibe, perdonando, que se es perdonado," alegrando que se es alegrado.
Jesucristo vino a este mundo no para condenarnos sino reconciliarnos y darnos Su paz y alegría, una paz y alegría que nadie puede arrebatar. El andaba curando los enfermos, resucitando los muertos, perdonando los pecadores, echando fuera a los demonios, trayendo buenas noticias para comunicar y compartir Su gozo y alegría, Su paz y nueva vida. Como dice en la primera lectura, "El Espíritu Santo esta sobre Mi, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad, para proclamar el ano de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo!" Y que inmensa era la alegría de las personas que Cristo tocaba! Brincaban con gozo y alegría! Es el mismo hoy en nuestro día. Que alegría sentimos cuando Cristo nos toca a nuestra vida!
Esta mañana yo recibí muy buenas noticias de una familia que yo he conocido de muchos anos. Su hijo estaba encarcelado siete anos y hoy recibió su (parole) libertad bajo palabra. Que inmensa era la alegría (y mía también) de sus padres y de toda su familia. Es una cosa maravillosa cuando la Palabra de Dios, que estamos celebrando en la Santa Misa, esta cumplida y realizada en el mismo día, en una manera personal, en nuestras vidas y en la vida de nuestros hermanos. Y así es, siempre. La Palabra de Dios es una palabra viva!
Adviento es vuestro tiempo para brillar, para ser profetas también de las buenas noticias de salvación porque fueron ungidos en el Bautismo con el mismo Espiritu Santo para traer la alegría y la paz de Cristo a los demás como Cristo nos ha ensenado y nos ha dado un ejemplo. Y como discípulos y seguidores de Cristo, nosotros continuamos Su misma obra salvadora en el mundo de hoy, en nuestras propias familias, comunidades e Iglesia.
Adviento es vuestro tiempo para difundir un poquito de la luz del sol, con una sonrisa, con una mano de amistad, fraternidad, reconciliación; una carta de Navidad; una llamada a personas con que no ha hablado por mucho tiempo; una visita a los enfermos, encarcelados, abandonados; una búsqueda al oveja perdida, alejada de la Iglesia o de la familia; compartir vuestra fe y animar la fe de los demás; cosas pequeñas y cosas grandes!
Que sean profetas animados por el Espíritu Santo que habita en vosotros, El gozo y alegría son frutos del Espíritu Santo. Si dejamos que el Espíritu Santo no se "apague" en nosotros, que sea un fuego vivo en nosotros - llama de amor viva - terminaremos siendo consagrados, santificados convertidos en un sacrificio y ofrenda de amor y alabanza agradable al Señor y verdaderos instrumentos en las manos de Dios de las dichosas y buenas noticias de la salvación para todos los hombres...Que la Virgen Santísima nos ayude a cumplir esta tarea nuestra en preparación para la celebración del nacimiento de su Hijo Jesucristo esta Navidad!.....Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor!
Sunday, December 4, 2011
Segundo Domingo de Adviento, 4 diciembre 2011
(Is 40, 1-5, 9-11; 2 Pe 3, 8-14; Mc 1, 1-8)
La primera lectura de esta semana nos habla de que nuestro Dios es un Dios que da el consuelo. La segunda lectura revela que Dios nos trata a cada uno con misericordia. El Evangelio muestra que la respuesta al arrepentimiento lleva al poder del perdón.
Para prepararnos en este tiempo de Adviento en primer lugar tenemos tomar tiempo con el Señor cada día en la oración personal. Como vamos escuchar la voz y inspiración del Señor si no pensemos en El y no nos ponemos en una disposición de comunicar con El, como hablamos cada día con vecinos, tenemos hablar con Dios cada día en un dialogo verdadero que quiere decir yo lo escucho y le dejo a Dios hablar conmigo y yo hablo con El, como Moisés hablo, cara a cara con El. Tenemos hablar así con Dios como una persona, un verdadero padre, un amigo, un conocido. En esta manera comenzamos la comunicación y dialogo, tomando tiempo para rezar en la Iglesia, en la casa o en el trabajo. Así es Dios nos da gracia especial en Adviento para rezar y comunicar con El y abrir nuestras almas y corazones a Su divina presencia y las nuevas bendiciones El desea a comunicar a cada una de nosotros, con gozo y alegría para preparar la venida del Señor y la celebración de Su nacimiento.
La segunda actitud en nuestra preparación en Adviento es la actitud de humildad. Tenemos esta actitud de humildad cuando reconocemos que somos pecadores y necesitamos la conversión y el perdón y misericordia de Dios. Porque no hemos hecho suficiente a dar testimonio de nuestra fe en nuestras familias, nuestra comunidad y nuestra Iglesia. Porque no hemos sido la voz de la esperanza y la voz del Señor como los profetas que hemos oído hoy en las lecturas de la Misa que animan y que atraen los demás al Señor y a la conversión para vivir y practicar su fe. No hemos apreciado el consuelo y el aliento que se encuentra en la Palabra de Dios, en la Eucaristía y en la presencia y amistad de Cristo.
Juan Bautista hablaba a la gente que se preparara para ver a Dios trabajando en sus vidas como nosotros debemos hacerlo ahora. El los llamaba a prepararse para la venida del Mesías y eso es lo que el Adviento es para nosotros hoy día. Se nos llama a prepararnos. para la venida de Cristo en nuestros corazones. Somos llamados a traer a otros el mensaje de paz y nuestros hermanos y hermanas hacia el arrepentimiento. Así ellos también experimentaran el increíble perdón del Señor. Dios esta esperando pacientemente a que mas de Sus hijos rebeldes se arrepientan. Podemos atraer más gente a tener fe en El con el hecho de vivir nuestras vidas especialmente si estamos sufriendo. Dios quiere que seamos santos simplemente porque El es santo y El quiere lo mejor para nosotros
Vemos Juan el Bautista anunciando la venida de Cristo y llamando a la gente a enderezar sus vidas y terminar con esas modas egoístas de vivir. Se les pide que renuncien a sus pecados, busquen el perdón de Dios y establezcan una relación personal con El, creyendo y obedeciendo Su santa palabra. Hoy nosotros estamos llamados a hacer lo mismo, a darnos cuenta que somos pecadores y a que debemos renunciar a esos pecados. El arrepentimiento no significa "decir lo siento mucho", significa "cambiar de actitud".
La tercera actitud en nuestra preparación es una actitud de paciencia y esperanza que Dios quiere revelar cosas grandes y maravillosas en nuestra vida por medio de este misterio de la encarnación y nacimiento de Su Hijo Jesucristo entre. Una actitud y confianza que Dios es todopoderoso y con Dios todo es posible, todo lo bueno, todo lo bello, todo lo verdadero. Dios quiere amontonar Sus dones y bendiciones sobre nosotros y todos los hombres. “Como las aguas del mar se desbordan cuando encuentran una apertura adecuada, también, así las gracias y bendiciones de Nuestro Señor se desbordan cuando estamos bien dispuestos y no impedimos su camino.” (S. E.)
Entre todos los dones que Dios nos ha dado, el don de Su Hijo es el don más precioso. Para apreciar este don y dar continuo gracias al Padre por Su Hijo nos prepara a recibir más bendiciones y favores de las manos de Dios – todo lo que puede soñar y esperar es posible delante del Señor todopoderoso para los que creen en Su nombre y creen en Su palabra y obedecen Su voluntad. Hasta que compartirán también, la gloriosa herencia de la vida eterna.
Para descubrir la presencia del Señor, tenemos dos medios importantes: la oración y la misma Palabra del Señor. Porque la Palabra de Dios es como una luz potente que ilumina los acontecimientos más pequeños de la vida y nos hace mirar a las personas dándoles un valor distinto del que aparece a primera vista. En la oración, al hablar con Dios de nuestra vida y de los demás, descubrimos la presencia del Señor que parecía escondída.
Recordamos otra vez en este tiempo, la Virgen Maria. Ella tenía esperanza y confianza de que el Señor vendría; ella permaneció alerta y supo aceptar el mensaje del Ángel; ella "guardaba las cosas en su corazón". buscando la voluntad de Dios y cumpliéndola fielmente; ella permanecía atenta a las necesidades de los demás. Por todo eso, la Virgen Maria es nuestra Maestra y modelo y ejemplo fiel para todos los Cristianos en este tiempo de Adviento especialmente en su humildad y en su gran esperanza y confianza en Dios y toda Su bondad y todo Su poder para realizar este acontecimiento grandísimo - Su venida entre nosotros y la salvación de los hombres. Ella misma declara: "Mi alma glorifica al Señor, mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de Su esclava desde ahora me felicitaran todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi Su nombre es santo..."
La primera lectura de esta semana nos habla de que nuestro Dios es un Dios que da el consuelo. La segunda lectura revela que Dios nos trata a cada uno con misericordia. El Evangelio muestra que la respuesta al arrepentimiento lleva al poder del perdón.
Para prepararnos en este tiempo de Adviento en primer lugar tenemos tomar tiempo con el Señor cada día en la oración personal. Como vamos escuchar la voz y inspiración del Señor si no pensemos en El y no nos ponemos en una disposición de comunicar con El, como hablamos cada día con vecinos, tenemos hablar con Dios cada día en un dialogo verdadero que quiere decir yo lo escucho y le dejo a Dios hablar conmigo y yo hablo con El, como Moisés hablo, cara a cara con El. Tenemos hablar así con Dios como una persona, un verdadero padre, un amigo, un conocido. En esta manera comenzamos la comunicación y dialogo, tomando tiempo para rezar en la Iglesia, en la casa o en el trabajo. Así es Dios nos da gracia especial en Adviento para rezar y comunicar con El y abrir nuestras almas y corazones a Su divina presencia y las nuevas bendiciones El desea a comunicar a cada una de nosotros, con gozo y alegría para preparar la venida del Señor y la celebración de Su nacimiento.
La segunda actitud en nuestra preparación en Adviento es la actitud de humildad. Tenemos esta actitud de humildad cuando reconocemos que somos pecadores y necesitamos la conversión y el perdón y misericordia de Dios. Porque no hemos hecho suficiente a dar testimonio de nuestra fe en nuestras familias, nuestra comunidad y nuestra Iglesia. Porque no hemos sido la voz de la esperanza y la voz del Señor como los profetas que hemos oído hoy en las lecturas de la Misa que animan y que atraen los demás al Señor y a la conversión para vivir y practicar su fe. No hemos apreciado el consuelo y el aliento que se encuentra en la Palabra de Dios, en la Eucaristía y en la presencia y amistad de Cristo.
Juan Bautista hablaba a la gente que se preparara para ver a Dios trabajando en sus vidas como nosotros debemos hacerlo ahora. El los llamaba a prepararse para la venida del Mesías y eso es lo que el Adviento es para nosotros hoy día. Se nos llama a prepararnos. para la venida de Cristo en nuestros corazones. Somos llamados a traer a otros el mensaje de paz y nuestros hermanos y hermanas hacia el arrepentimiento. Así ellos también experimentaran el increíble perdón del Señor. Dios esta esperando pacientemente a que mas de Sus hijos rebeldes se arrepientan. Podemos atraer más gente a tener fe en El con el hecho de vivir nuestras vidas especialmente si estamos sufriendo. Dios quiere que seamos santos simplemente porque El es santo y El quiere lo mejor para nosotros
Vemos Juan el Bautista anunciando la venida de Cristo y llamando a la gente a enderezar sus vidas y terminar con esas modas egoístas de vivir. Se les pide que renuncien a sus pecados, busquen el perdón de Dios y establezcan una relación personal con El, creyendo y obedeciendo Su santa palabra. Hoy nosotros estamos llamados a hacer lo mismo, a darnos cuenta que somos pecadores y a que debemos renunciar a esos pecados. El arrepentimiento no significa "decir lo siento mucho", significa "cambiar de actitud".
La tercera actitud en nuestra preparación es una actitud de paciencia y esperanza que Dios quiere revelar cosas grandes y maravillosas en nuestra vida por medio de este misterio de la encarnación y nacimiento de Su Hijo Jesucristo entre. Una actitud y confianza que Dios es todopoderoso y con Dios todo es posible, todo lo bueno, todo lo bello, todo lo verdadero. Dios quiere amontonar Sus dones y bendiciones sobre nosotros y todos los hombres. “Como las aguas del mar se desbordan cuando encuentran una apertura adecuada, también, así las gracias y bendiciones de Nuestro Señor se desbordan cuando estamos bien dispuestos y no impedimos su camino.” (S. E.)
Entre todos los dones que Dios nos ha dado, el don de Su Hijo es el don más precioso. Para apreciar este don y dar continuo gracias al Padre por Su Hijo nos prepara a recibir más bendiciones y favores de las manos de Dios – todo lo que puede soñar y esperar es posible delante del Señor todopoderoso para los que creen en Su nombre y creen en Su palabra y obedecen Su voluntad. Hasta que compartirán también, la gloriosa herencia de la vida eterna.
Para descubrir la presencia del Señor, tenemos dos medios importantes: la oración y la misma Palabra del Señor. Porque la Palabra de Dios es como una luz potente que ilumina los acontecimientos más pequeños de la vida y nos hace mirar a las personas dándoles un valor distinto del que aparece a primera vista. En la oración, al hablar con Dios de nuestra vida y de los demás, descubrimos la presencia del Señor que parecía escondída.
Recordamos otra vez en este tiempo, la Virgen Maria. Ella tenía esperanza y confianza de que el Señor vendría; ella permaneció alerta y supo aceptar el mensaje del Ángel; ella "guardaba las cosas en su corazón". buscando la voluntad de Dios y cumpliéndola fielmente; ella permanecía atenta a las necesidades de los demás. Por todo eso, la Virgen Maria es nuestra Maestra y modelo y ejemplo fiel para todos los Cristianos en este tiempo de Adviento especialmente en su humildad y en su gran esperanza y confianza en Dios y toda Su bondad y todo Su poder para realizar este acontecimiento grandísimo - Su venida entre nosotros y la salvación de los hombres. Ella misma declara: "Mi alma glorifica al Señor, mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de Su esclava desde ahora me felicitaran todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi Su nombre es santo..."
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