Thursday, December 13, 2012

Tercer Domingo del Adviento 16 diciembre 2012

HOMILÍA III DOMINGO DE ADVIENTO - 2012 CICLO “C” 1.- Las Lecturas * Profeta Sofonías 3,14-18s. El Señor se alegra con júbilo en ti, te renueva por su amor. Dejémonos renovar por el Señor que viene a nosotros, nos trae la paz y nos ofrece su gracia. * Respuesta a la Palabra de Dios: Profeta Isaías 12,2-6. Gritad jubilosos qué grande es en medio de ti el Santo de Israel. Hagamos nuestra esta invitación del profeta porque el Señor está entre nosotros. * Carta de san Pablo a los Filipenses 4,4-7. Estad siempre alegres en el Señor porque el Señor está cerca. No os inquietéis por cosa alguna. * Evangelio según san Lucas 3,10-18 ¿Qué hacemos nosotros? Escuchemos lo que responde Juan Bautista a nuestra pregunta. Acojamos sus palabras y procuremos hacerlas realidad en nuestra existencia. 2.- Sugerencias para la homilía 2.1.- El Señor está cerca Esta es la Buena Noticia que os confío y os transmito: el Señor está cerca. Ya está próxima la Navidad. La Virgen esperó con inefable amor de madre a su Hijo a quien concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Nosotros, como María, también debemos avivar nuestra esperanza en el Señor. Él viene para todos, para la humanidad entera. El viene también para ti, para tu familia… No dejemos que pase lo que queda de este tiempo de Adviento sin que avivemos nuestra esperanza y sin prepararnos debidamente para que el Señor, cuando llegue, nos encuentre velando en oración y cantando su alabanza, y halle nuestro corazón limpio de pecado y lleno de paz y amor. 2.2.- Alegraos, hermanos, porque el Señor está ya cerca Este domingo tercero de Adviento es considerado y llamado por la Liturgia de la Iglesia como el “domingo de la alegría” -“gaudete”-. Sí, hermanos. Somos invitados por la Iglesia a estar alegres porque el Señor está ya próximo. Él es el Señor, el Mesías, el Salvador, el Redentor del hombre. Viene para nosotros, para la humanidad entera, también para ti… Han pasado ya siglos de espera, de oración, de súplica, de ruego…Te decimos hoy y siempre: ¡Ven, Señor, no tardes! Te estamos esperando. Te está aguardando la humanidad entera… Los profetas, los salmistas, los pobres de Yahvé nos siguen acompañando en esta espera porque todos anhelamos que vengas ya…¡Lloved, cielos, al Salvador! Nosotros, los cristianos y las cristianas del siglo XXI, unidos íntima y profundamente con la Iglesia, creemos que “la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se hallan en su Señor y Maestro” (GS 10) Jesucristo. ¡Te esperamos, Señor con las luces encendidas de la fe, de la esperanza y del amor¡ No tardes, Señor!. Con inmensa alegría, proclamamos con la Iglesia que “el Hijo de Dios con su encarnación se ha unido en cierto modo con todo hombre” (GS 22) y que “nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (GS 22). Ya nadie está solo ni en la vida ni en la muerte. Con todos está Jesús. A nuestro lado está el Señor sosteniéndonos en la vida, dándonos la fuerza para caminar hasta el punto de que si un día hemos de subir algún monte -dificultad, enfermedad, muerte… -“calvario lo llama él”-, “sentimos en su mano amiga que nos ayuda, una llaga dolorosa”. ¡Una maravilla!, ¿verdad? Por eso, estemos nosotros siempre dispuestos a dar la mano a los que están heridos y caídos en el camino de la vida, como hizo el Buen Samaritano. Jesús nos lo dijo: “anda y haz tú lo mismo”. Navidad es fiesta de amor. 2.3.- ¿Qué debemos hacer nosotros? Ante la venida ya cercana del Señor, nos hacemos nosotros la misma pregunta que aparece en el evangelio de este domingo: ¿qué debemos hacer nosotros?. No debemos quedarnos indiferentes ni con los brazos caídos, viendo pasar los días, las semanas…Esta actitud y comportamiento no nos hace bien ni a nosotros ni a los demás. Veamos lo que dice Juan Bautista y examinémonos a la luz de sus palabras. * A la gente, Juan Bautista le dice: “el que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga de comer, que haga lo mismo” (Lc.3,10s) ¿Qué nos dice estas palabras a nosotros? En este tiempo, en el que tantas personas y pueblos carecen de lo necesario para vivir, pasan necesidad, y muchos seres humanos mueren de hambre…el Señor nos repite: “dadles vosotros de comer”…Compartamos lo que tenemos con los que nada tienen. No olvidemos que en el pobre, a quien ayudamos, está presente el Señor hasta el punto de que es al mismo Señor a quien le ofrecemos nuestra ayuda, nuestro pan, nuestra ropa: “Tuve hambre y ME disteis de comer”, “estaba desnudo y ME vestisteis” (Mt.25). Navidad es tiempo propicio para compartir con los necesitados, los excluidos...Jesús nació en Belén, en una cueva…”No había sitio en la posada”… Participemos y colaboremos en las campañas de caridad y solidaridad con los necesitados que promueven las parroquias, las organizaciones de caridad, otras comunidades cristianas…… Prescindamos de muchas cosas y gastos innecesarios en estas fiestas navideñas y siempre para darlas a los empobrecidos, olvidados, excluidos… Tengamos siempre presente que Jesús, siendo rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (IICort.8,9). Aprendamos del Señor… El Plan Pastoral de nuestra Diócesis de Coria-Cáceres para este curso dice: “anunciamos a Jesucristo, ejercitando la caridad”. No lo echemos en olvido. Eso poco que tú puedes hacer a favor de los pobres, si no lo haces se quedará sin hacer siempre… * A unos publicanos, Juan Bautista les dice: “No exijáis más de lo que os está fijado” (Lc.3,13). ¿Qué nos dicen a nosotros estas palabras? Seamos respetuosos y justos. No exijamos lo que no nos pertenece. Tengamos paz en nuestra conciencia y en nuestra vida. Eduquemos para la justicia, el respeto, la solidaridad… Colaboremos todos en hacer que este mundo sea más fraterno, más justo, más abierto a Dios. Esforcémonos nosotros en conseguir unos criterios y unos comportamientos más evangélicos, más caritativos y solidarios con los empobrecidos. * A unos soldados, Juan Bautista les dice: “No hagáis extorsión a nadie. No hagáis denuncias falsas y contentaos con vuestra soldada” (Lc.3,14). ¿Qué nos dicen estas palabras a nosotros? Juan Bautista nos exhorta a ser respetuosos con todos, a promover y respetar los derechos de todos y de cada uno, a no dejarnos llevar ni de la codicia ni de la avaricia, a no tratar injustamente a nadie, a no hacer sufrir a nadie. El séptimo mandamiento de la ley de Dios sigue vigente para todos: “no robarás”. El insulto, la descalificación, la exclusión, la marginación de las personas, no nos llevan a ningún sitio, ni sirven para nada. Evitemos siempre la mentira y no hagamos denuncias ni comentarios falsos de nadie…; ni siquiera en broma. Decía San Agustín que “la mentira, ni jugando”. El ser humano está hecho para la verdad y ha de cultivar siempre la sinceridad… 2.4.- Oremos al Señor por las vocaciones sacerdotales y religiosas Necesitamos en la Iglesia y en el mundo sacerdotes y religiosos que, como Juan Bautista, sean verdaderos profetas que nos recuerden las exigencias del Evangelio, denuncien los pecados y las injusticias y nos ayuden a ser fieles al Señor. Oremos al Señor. 3.- De la Palabra a la Eucaristía La Palabra que hemos escuchado se hace realidad viva en la Eucaristía. El sacerdote, ministro de Jesucristo, por las palabras de la consagración y la fuerza del Espíritu Santo, convierte el pan en el Cuerpo de Cristo entregado por nosotros; y convierte el vino en la Sangre de Cristo derramada por nuestros pecados. Pidamos al Señor que nos ayude a nosotros a entregar nuestra persona por los necesitados, los enfermos, los excluidos… 4.- De la Eucaristía a la Misión El Señor nos envía al mundo a ser sus testigos. Con la ayuda de la gracia divina, salgamos de nuestros egoísmos e insolidaridades y construyamos en el mundo la civilización del amor que comienza por el respeto sagrado a todo ser humano. No nos encerremos en nosotros mismos ni en nuestros intereses. Escuchemos el clamor de los pobres y respondamos con generosidad. ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿Qué voy a hacer yo? Terminamos. Unidos en la oración Cáceres. 10 de diciembre de 2012 Florentino Muñoz Muñoz

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