Friday, December 28, 2012

La Solemnidad de La Sagrada Familia, 30 diciembre 2012

HOMILÍA SAGRADA FAMILIA DE NAZARET – 2012 CICLO “C” Estamos llegando al final del año 2012 Dios nos ha regalado este año. Es el momento de agradecer a Dios esta gracia Es el momento propicio para recoger como en un ramillete todo este año con el fin de ofrecérselo al Padre por Cristo en el Espíritu. Es el momento de pedir a Dios perdón de nuestras faltas, pecados… Es el momento de salir de nosotros mismos, de iniciar el camino de vuelta hacia el Señor y de entrar en la Casa del Padre, como el hijo pródigo Es el momento de hacer una revisión de nosotros mismos a la luz de los mandamientos de la ley de Dios, de las bienaventuranzas de Jesús, del precepto del amor… Es el momento de hacer una buena confesión de nuestros pecados en el sacramento de la reconciliación… Es el momento de hacer unos buenos propósitos a la luz del Evangelio del Señor de cara al año nuevo que llega Es el momento para re-iniciar el seguimiento de Jesús con nuevo ilusión por la senda de las bienaventuranzas… No estamos solos en la vida… El Señor nos acompaña siempre… ¡Padre!, haz de mí lo que quieras… Tomad, Señor, y recibid toda mi voluntad, mi memoria… 1.- Las Lecturas * Libro del Eclesiástico 3,2-6.12-14. Quien honra a sus padres recibirá la bendición de Dios y su oración será escuchada por Dios. ¡Hijo!, cuida de tus padres siempre, atiende a tus padres en su ancianidad, no los abandones ni les causes tristezas mientras vivan. * Salmo Responsorial 127. La herencia que da el Señor son los hijos. Acoged y acompañad a vuestros hijos con profundo amor y respeto ya que son don y regalo del Señor para los padres. * Carta de san Pablo a los Colosenses 3,12-21. Como elegidos y amados de Dios, revestíos de entrañas de misericordia, de bondad, de paciencia, de mansedumbre, y perdonaos unos a otros como el Señor os perdonó a vosotros. De este modo podemos vivir en familia como verdaderos hermanos bajo la mirada amorosa y benevolente de Dios. * Evangelio según san Lucas 2,41-52. Jesús bajó con ellos a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba todas las cosas en su corazón. Jesús crecía en edad, sabiduría y gracia delante de Dios y de los hombres. Que crezcamos nosotros como Jesús 2.- Sugerencias para la homilía 2.1.- Unos textos para la reflexión “La familia cristiana, cuyo origen está en el matrimonio -que es imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia- manifestará a todos la presencia viva del Salvador en el mundo y la auténtica naturaleza de la Iglesia, ya por el amor de los esposos, la generosa fecundidad, unidad y fidelidad, ya por la cooperación amorosa de todos sus miembros (GS 48). “La familia es escuela del más rico humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misión, se requiere un clima de benévola comunicación y unión de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los padres en la educación de los hijos” (GS 52). 2.2.- La familia, manantial de amor y de vida La familia es el manantial y la fuente de la vida. Que bien lo expresa el salmo: “tus hijos, como renuevos de olivo en torno a tu mesa”. Una maravilla que todos debemos cuidar, proteger. Es una inmensa tristeza la familia que voluntaria y conscientemente se niega y se cierra a ser fuente de vida llegando de este modo a ser estéril, infecunda… Los hijos son la mejor y más maravillosa corona que los padres pueden ceñir a lo largo de sus vidas, especialmente en su ancianidad. Es verdad que los padres necesitan cosas, servicios…como todos nosotros; pero no olvidemos nunca que lo que ellos más necesitan en su ancianidad es estar acompañados con ternura y respeto, ser escuchados con amor y atención, estar rodeados de quienes más los quieren… 2.3.- La familia y la vida humana El beato Juan Pablo II afirmó que “la inviolabilidad de la persona, reflejo de la absoluta inviolabilidad del mismo Dios, encuentra su primera y fundamental expresión en la inviolabilidad de la vida humana…El titular del derecho a la vida es el ser humano, en cada fase de su desarrollo, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural; y cualquiera que sea su condición, ya sea de salud o de enfermedad, de integridad física o de minusvalidez, de riqueza o de miseria” (cf. GS 27) (ChFL 38). A la luz de estas enseñanzas, con el Magisterio de la Iglesia rechazamos el aborto, la eutanasia, el suicidio deliberado, la destrucción de embriones, la violencia, la tortura, moral o física, cuanto ofende a la dignidad humana…”Todas estas prácticas y otra parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al honor debido al Creador” (GS 27). Nunca olvidemos que la vida del hombre es don de Dios y de este señorío divino se derivan la sacralidad e inviolabilidad de la vida humana. Decimos también que la vida humana es el primer derecho natural que tiene el ser humano y debe ser respetado en todo tiempo y circunstancia en que se encuentre esta vida humana. Por eso hemos de seguir impulsando la “cultura de la vida” ante todo signo o práctica de la “cultura de la muerte” (cf. ChFL 38). Os invito a los esposos, a los padres, a las familias, a los educadores, a todos, a asumir y realizar con la ayuda de la divina gracia y con la colaboración de todos el compromiso de: * Anunciar el Evangelio de la vida, * Celebrar el Evangelio de la vida, y * Servir al Evangelio de la vida. Magnífico programa de acción evangelizadora al servicio de la vida humana en estos tiempos nuestros en que se promueven tantas agresiones a la vida concebida y no nacida y a la vida humana ya nacida. No dejemos desprotegida la vida humana en cualquier circunstancia en que se encuentre. 2.4.- La Familia transmisora de la fe y de los valores La familia es también lugar de transmisión de la fe. Los padres cristianos tienen el deber de educar en cristiano a sus hijos e hijas; tienen la obligación de transmitirles la fe; tienen el deber de sembrar en los surcos de su conciencia las semillas de los valores morales del evangelio, y cuidar esta siembra. “La familia camina con sus hijos en esos momentos importantes -niñez, adolescencia, juventud…- en los que se va fraguando su madurez y porvenir” (Subcomisión Episcopal de la Familia. Nota. Jornada de la Sagrada Familia). En la actualidad hay hogares cristianos que están dejando de ser transmisores de la fe, ya que algunos padres no son ya los catequistas de sus hijos. En estos casos, los niños crecen sin haber sido iniciados en la experiencia de Dios por lo que no saben rezar y no rezan. Es necesario que los hogares cristianos sean de verdad lugares donde los padres transmitan la fe a sus hijos con la palabra, con el testimonio de sus vidas…”La familia es el ámbito natural donde es acogida la fe y la que va a contribuir de una manera muy especial a su crecimiento y desarrollo. En ella sea dan los primeros pasos de la educación temprana de la fe y los hijos aprenden las primeras oraciones….También los hijos experimentan el amor a la Virgen, a Jesucristo, y es donde por primera vez oyen hablar de Dios y aprenden a quererlo viendo el testimonio de sus padres (…) Así, la familia es el “lugar privilegiado donde se realiza la unión de “la fe que se piensa con “la vida que se vive” a partir del despertar religioso” (Subcomisión… Ibid.) ¡Queridos padres! Os ruego e invito a que seáis “los catequistas familiares” que participen en las catequesis de la Parroquia… No renunciéis a esta tarea educativa y catequética tan hermosa y tan necesaria siempre de vuestros hijos, ni la olvidéis. Bien sabéis que sois los primeros responsables de la educación integral de vuestros hijos. La familia es escuela de rico humanismo. Educad a vuestros hijos en la paz y en la honestidad, en la verdad y el respeto, en la solidaridad y en la honradez, en la justicia y la responsabilidad. Ayudad a vuestros hijos a que sean de verdad hijos de Dios, hermanos de todos y servidores de los más necesitados. 3.- Participemos en la Eucaristía Como Elías, necesitamos el pan para el camino. Bien preparada nuestra alma recibamos al Señor. Él es el pan de los fuertes. No demos la espalda a este pan de vida eterna. “El que come de este pan vivirá para siempre”. 4.- Id al mundo y haced discípulos míos a todos Sed mis testigos en medio de los hombres. Sed profetas de Dios en la secularidad Mantened viva la memoria de Dios en la humanidad. Renovad las familias como comunidades de vida y de amor Orad por las vocaciones sacerdotales, religiosas, misioneras, contemplativas… Terminamos. Unidos en la plegaria. Cáceres. 27 de diciembre de 2012 Florentino Muñoz Muñoz

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